Canta Nacha Guevara y su voz se vuelve pájaro, se vuelve agua. Después cae y es arena. Pájaro, agua, arena son también formas del Bubisher. Pájaro que trae buenas noticias, que trae suerte, que trae agua, que son libros para la sed del pueblo saharaui, que son alas. Y también arena, la del exilio y la otra, la que está al borde del mar y que sueñan. Ellos ya dieron su cuerpo y su alegría y también su tierra; frenaron la sangre y la vertieron. Y ahora se alzan, gritan ante los muros de silencio. Porque esa gota que colma el vaso hace tiempo que rebosó su espera. Y nadie piensa en el río de dolor que desagua sus corazones. Nadie piensa en el dolor. Pero a ellos les duele la tierra y les duele el tiempo robado a sus hijos y el futuro tambaleante y la injusticia. Un río de dolor ahí desagua y sí, hace tiempo que la gota colmó la arena y la indiferencia del mundo que mira y no hace nada es una provocación. Otra más. Y el río de dolor estalla. Y también la voz de Nacha Guevara. Deje en paz mi corazón. Deje en paz mi tierra.
Mónica Rodríguez