Me gusta estar sola en un rincón de la biblioteca, abrir un libro, empezar a leer y sentir que me he trasladado a otro tiempo, que estoy en otro lugar, que conozco a seres que me llevan de la mano a recorrer sus vidas. A veces son personas, pero no siempre. Me encanta cuando los que me hablan son animales, por ejemplo los ratones. Antes les tenía miedo, pero ahora, desde que me dejan formar parte de sus travesuras, les he cogido cariño.

Os estaba esperando. Venga, sentaros. ¿Preparados?

“Un día el viento trajo un pedazo de mar al desierto

Parecía que el tiempo se había detenido. El sol hacía deslumbrar la arena […]

La sal se esparció mezclándose con la arena y aquel remolino lo levanto el viento y lo llevó muy alto. Tan alto que se juntó con aquel sonido de cuerdas venido de lejos, aquel sonido que llenaba el aire. El corazón de Elma, y ella vuelve la cabeza, escucha, sonríe…

Mañana os leo la historia de Arena ¿vale?

Hoy he elegido un libro que me parece que les va a gustar muchísimo. Se titula “El mar” y ya solo la palabra mar me va a permitir transportarles a nuestra tierra, pero no solo eso, además, hablaremos de animales marinos y puede que alguno haya estado de vacaciones en la playa con su familia española y nos hable de sus sensaciones. Y seguro que van surgiendo otros temas alrededor de esta palabra.

¡Qué casualidad! Yo voy a leerles hoy en la escuela el libro “Pirata pata de lata”, así es que también nos meteremos en un barco a vivir aventuras en el mar

Pues nosotros esta tarde nos vamos a ir a la selva de la mano de Tarzán, que es un personaje que les fascina. Les contaré que en África, nuestro continente, es donde se encuentra la selva en la que la simia Kala adoptó a Tarzán. Y hablaremos de la vegetación y de los animales salvajes y también de los hombres salvajes…

Yo he decidido aprovechar el porche de la biblioteca para la sesión de lectura de hoy. Me encanta que el murmullo del viento acompañe a las palabras del libro y al silencio de los niños.

Con estos libros y otros muchos. En este colegio y en cada colegio. Sobre la arena, dentro del bibliobús o en la biblioteca. Leyendo o escuchando lo que otros leen. Con estos niños y niñas y muchísimos más. Así vuela el Bubisher un día cualquiera. Todos los días.