TRADICIÓN Y MODERNIDAD

Que “se destruye una biblioteca, cuando un anciano se muere”, dice un proverbio saharaui, que es extensible a todas las culturas de tradición oral. Pero, no, los cuentos y leyendas, y también la poesía con la música de los astros, escuchados sentados, a la puerta de la jaima, al calor de la hoguera, que ampara del frío de las frías estrellas, y al sabor de los tés, que templan el espíritu, en las serenas noches del desierto, con relente y el cielo raso, levantan una biblioteca viva en los corazones de los depositarios de las enseñanzas que, en la voz de sus mayores dicen palabras que hablan de una ética y de una estética, que conforman el modo de ser y de estar un saharaui en el mundo.

No se trata de una forma de enseñanza pasada y olvidada. En el desierto, la tradición no es pasado, es eterno presente, que se ha venido compadeciendo con novedades, que han ido trayendo los tiempos modernos. Sin estorbarse.

Así, durante siglos el camello fue el único medio de transporte, de personas y mercancías, en las sin señalizar rutas del desierto, orientados, los beduinos por las estrellas y las constelaciones, en las noches. Y así sigue siendo, aunque ya no como único modo de trasladarse ni los únicos “instrumentos” para navegar por el mar de arenas, tan inquietas, como las aguas de otros mares, incluso con sus tormentas. No, no han sido desplazados los camellos, cómplices necesarios del nómada, pero el progreso ha propiciado que vehículos a motor compartan espacio con los camellos, aunque no tiempo, pues sus capacidades de marcha no son las mismas, si bien compiten en resistencia.

Hace 12 años empezaron a llegar a los campamentos de refugiados las bibliotecas Bubisher. No tardará en ser inaugurada la quinta, una en cada campamento. Las bibliotecas Bubisher son a la enseñanza de tradición oral, en los campamentos, lo que el Land-Róver es al camello, en el desierto. Ni el Land-Róver acabará con el camello ni las bibliotecas de moderna construcción, con paredes de bloques, mesas, sillas y estanterías con libros ponen en peligro las bibliotecas construidas en los corazones, sobre los hondos cimientos de la tradición y los materiales de la emoción y la memoria.

Las bibliotecas Bubisher son los espacios de la modernidad en el desierto, para escuchar nuevos cuentos, leyendas distintas, otra poesía, añadiendo memoria a la memoria, emociones a la emoción, ilusión a las ilusiones…y traspasar los límites del desierto, que son los límites del espíritu saharaui, pero sin salirse de ellos. Las/os bibliotecarias/os, las/los monitoras/es, las/los voluntarias/os transmitan enseñanzas de otro modo, más dinámico, más lúdico, sin perjuicio alguno para la solidez de la enseñanza transmitida con las formas tradicionales de la cultura saharaui. Tradición y modernidad culturales enriquecen el aprendizaje, cuando no lo embellecen.

Los adolescentes y jóvenes saharauis, usuarios entusiastas de las bibliotecas Bubisher, se saben beneficiarios de un ensanchamiento de su propio mundo, así como de una profundización en su formación, tanto intelectual, como sentimental, para poder mirar, conscientemente y con ilusión, hacia ese horizonte de justicia y libertad, hacia el que, inconscientemente, también miran el camello y el Land-Róver, cuando se encuentran en el desierto.

Fernando Llorente

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