SOMOS SAHARAUIS

 

Somos el saludo que nunca termina.

 

Somos las manos vacías que llenan una mesa.

 

Somos la noche del cielo infinito

y también el sueño de dibujar el mar en nuestro horizonte.

 

Somos el ejército de las armas obsoletas

y también somos

el esqueleto de un coche dormido sobre la arena.

 

Somos el peso del paso del tiempo

y también

las palmas que hacen del silencio en la tarde, una canción.

 

Somos la espuma que flota sobre el té

y también somos

el naranja de la puesta de sol sobre los tejados de chapa.

 

Somos el niño y la niña

jugando descalzos,

somos

el plato de arroz con carne.

 

Somos el esfuerzo que realiza un árbol

para intentar crecer

enfrente de nuestra casa.

 

Somos un muro manchado con la sangre de nuestros hijos.

 

Somos la inesperada lluvia del mes de junio

y la manta

en las noches frías de febrero.

 

Somos la búsqueda de la sombra,

somos

una melhfa del color de la esperanza

tendida al sol de la mañana.

 

Somos las piedras del suelo,

la bombona de gas,

el depósito de lona de agua,

el viejo Mercedes,

el polvo,

el turbante

y la valla que encierra a las ovejas.

 

Somos los valores que enseñan nuestros hijos,

somos el golpe en el tambor

y la escuela que siempre está abierta.

 

Somos la bandera izada del grito

que el mundo no escucha,

somos

el ideario de una revolución,

somos

exilio y dignidad.

 

Somos la noticia esperada

que porta en el aleteo el bubisher.

 

Somos el bastón del abuelo,

el coraje de la abuela,

la rebeldía de la juventud

y la sonrisa de una niña.

Somos el camino y la luz

que recorren estos versos.

 

Somos

el camino soñado

en busca del océano.

 

Somos

el camino soñado

en busca

de volver a respirar de nuevo

 

el aire limpio

en las tierras desocupadas.

Juanjo de Tierra

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