RECUERDOS DE INFANCIA

“Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre” (Jean-Jacques Rousseau)

Decía el poeta: “ Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero”.

La infancia es una etapa importantísima y definitiva en la vida de todas las personas, que construye de manera determinante nuestra personalidad. La importancia de tener recuerdos en la infancia no solo es una cuestión emocional, que toca a veces a la puerta de nuestra nostalgia, sino que es ahí donde nacen nuestras primeras experiencias, buenas y malas, que empiezan a ser imborrables.

Los recuerdos se crean a partir de una vivencia que hemos tenido, que ha estado presente en nuestra historia. Las imágenes, los objetos, las fotografías, los relatos… las heridas, los traumas…. nos hacen vivir los recuerdos que nuestra mente y nuestro cuerpo han guardado, y que forman nuestra identidad personal, las decisiones que tomamos y la forma en que interactuamos con los demás.

De ahí la importancia de proporcionar a los niños experiencias que les conviertan en mejores individuos cuando crezcan.

Y esto es precisamente lo que el bubisher a través de sus bibliotecas (nidos) y de sus bibliotecarios ofrecen diariamente a los niños en los Campamentos Saharauis.

Fomentan el hábito de la lectura, ofreciéndoles historias que respondan a sus intereses vitales.

Trabajan la comprensión de lo que significan las palabras, su contexto y su historia.

Estimulan su imaginación dando rienda suelta a su capacidad inventiva alrededor de un tema que les proponen y que suele ir sobre un libro que han leído previamente.

Ofrecen un espacio de confianza donde relacionarse con sus iguales siguiendo por ejemplo: la lectura de un libro, hacer un puzzle en grupo, ver una película, representar una obra de teatro, títeres, exposiciones, juegos… Es una forma distinta de relacionarse fuera del colegio, de la Jaima con su familia, del marsa…

Pero todo esto no daría sus buenos frutos si no se hiciera con amor.

El amor es uno de los sentimientos más fuertes de un ser humano, motor que inicia el dar y el recibir, el convivir, el compartir, el respetar o el confiar. Es un pilar fundamental en el desarrollo emocional de los niños.

Y con ese amor el bubisher vuela alto y seguro aspirando a que un día, ese niño convertido en adulto diga: Mi infancia son recuerdos de una biblioteca Bubisher.

Candi Santiago

 

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