Bajo el sol del cielo todos los niños del mundo juegan. Pero en esos juegos del mundo de siempre no hay mucho más que ensayos de poder, a veces de crueldad. Los cachorros que se entrenan para convertirse en lobos.
En este sol de una pizarra del Bubisher hay otra versión del juego: compartir, respetar, ayudar.
¿Qué, si no eso, es una biblioteca? Otro sol, otra manera de ver a los otros, otra manera de ser uno con los demás. En árabe, “yo” se dice “ana”. En nuestra lengua, yo y nosotros son dos palabras que no se parecen nada. En árabe, la lengua de los saharauis, ana es yo, y nosotros es… Naana.
Eso dice ese sol de la fotografía: Naana.
Gonzalo Moure