OCRE

De la nube semántica de los colores cae en mis manos el ocre. Siguiendo la coreografía de colores del desierto, el ocre me salpica a consecuencia de las  todavía recientes inundaciones. Imágenes de txikis saharauis saltando y jugando en los charcos de agua, rebosando felicidad, indiferentes a las jaimas caídas y casas de adobe con grietas manifiestas. Por el contrario, la biblioteca del proyecto Bubisher de Dakhla construida hace pocos años ha aguantado aunque con daños menores. Las personas refugiadas saharauis aprendieron hace mucho que lo que no te destroza te hace más fuerte y los txikis saharauis salpicados de ocre son capaces de poner buena cara al mal tiempo y seguir adelante; esos txikis merecen todos nuestros esfuerzos y apoyos.

En este mismo blog Fernando Llorente hablaba en su artículo Bubisher LOS COLORES DEL ESPÍRITU de que ya Cicerón nos advertía: “Si hortum in bibliotecha habes, deerit nihil”,  Pues esa es precisamente la idea del nuevo proyecto que desde Saharako Kabiak – se está diseñando, tal y como dimos a conocer en la Asamblea General Anual de Valsain de septiembre. Vamos sin prisa pero sin pausa, paso a paso: el tiempo y, sobre todo, las y los saharaius dirán, si huerto, espacio verde, jardín… La propuesta se está trabajando, y deseamos y esperamos que cada biblioteca cuente en un futuro con un lugar lleno de color donde el ocre no sea el color predominante. Saharako Kabiak, que en castellano es “Nidos del Sahara”, se reafirma con esta iniciativa en su apuesta por el Proyecto Bubisher y en su compromiso inequívoco con la causa Saharui.

Josu Jimenez Maia

 

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