De asombro. De alegría o de miedo. Pocas veces de tristeza, muchas de trastadas imaginadas y resueltas. De inocencia y de coraje. Miradas que dicen más que las palabras, que expresan vida a raudales, que se filtran en quienes las reciben y jamás se olvidan. Así son las mirada de los niños y niñas saharauis donde quiera que te las encuentres. Atraen como imanes. Son puntos de luz que iluminan la hamada, que borran ideas equívocas sobre su infancia, que hablan del cariño y de la protección que sienten en su día a día.
Las miradas infantiles lo dicen todo sobre su vida en los campamentos.