Una mañana fría de trabajo, entre múltiples notificaciones, exigencias y tareas… recibí una foto que consiguió detener esa dinámica estresante y que me recordó la diferencia entre lo urgente y lo importante. Era una imagen muy esperada. Fue tomada en la biblioteca de Bubisher de Smara. En ella aparecen 3 niños sonriendo y el álbum ilustrado que he escrito, Melón y Sandía (Un cuento solidario con los niños saharauis. Ed. SM).

El pasado verano me estrené como autora y el libro cuenta una experiencia familiar sobre Vacaciones en Paz (un niño saharaui llega a casa de una niña española para pasar el verano). Como digo, soy novata en el sector editorial pero esa foto me indicó que el libro está donde tiene que estar. Que independientemente de cifras de ventas o ediciones, la historia está en su sitio y va construyendo un humilde y hermoso camino. Para mí es una alegría que unos niños saharauis puedan pasar una tarde divertida con el libro. A algunos les hará recordar… a otros pequeños que están por venir, ojalá les ayude a quitar los lógicos miedos e incertidumbres ante lo desconocido. Melón y Sandía tiene su origen en un viaje que realicé a los campamentos hace ya muchos años. Ahora el libro ha vuelto a sus raíces cerrando un círculo que, afortunadamente, no deja de girar.

Cristina Hermoso de Mendoza