LOS ROSTROS DEL BUBISHER

 

 

Para mí, el Bubisher es el rostro de todos y de cada uno de vosotros. Yo soy un afortunado, porque este sueño hecho realidad, me ha regalado, sobre todas las cosas, amigos y amigas. Todos maravillosos. Y creo sinceramente, que el Bubisher nació y se ha ido fortaleciendo con los años, gracias, en primer lugar, a la amistad.

También gracias a la justicia, porque fue la incongruencia del Instituto Cervantes y la política exterior española, la que encendió la rabia y las ganas de hacer justicia.

Recuerdo los tiempos de las idas y venidas de Gonzalo Moure y Ricardo Gómez, sus viajes, sus escritos, sus cartas, como la que enviaron, (junto con otros muchos escritores) a Zapatero allá por el año 2003, para que se construya un Instituto Cervantes en los campos de refugiados saharauis. La respuesta, las respuestas siempre fueron: silencio y desdén.

También recuerdo, el trabajo que hicieron (junto con varias personas, que aunque no los mencionaré aquí, siguen en mi recuerdo y en mi corazón, para visibilizar la poesía saharaui y la Causa saharaui en general en universidades, en institutos, y el apoyo moral y material para fundar la Generación de la Amistad Saharaui en el año 2005, y posteriormente costear la edición de libros como Los versos de la madera, o las antologías: Bubisher o el Aaiún gritando lo que se siente.

Todo esto, efectivamente, es la prehistoria del Bubisher, pero es el espíritu del que se ha impregnado nuestro proyecto durante estos quince años. Un espíritu de amistad, y justicia por dignificar la vida de mi pueblo.

¿Dónde estaríamos ahora, si nuestros queridos escritores se hubieran cortado las alas frente al Instituto Cervantes? ¿Dónde como asociación, si durante estos años ante cualquier negativo o adversidad o prepotencia institucional española o saharaui  hubiéramos capitulado?

Lo cierto es que, el 24 de septiembre de 2008, cuando nuestro primer bibliobús (donado por el gobierno vasco) se presentó oficialmente en El Teatro de Marionetas del Parque del Retiro empezó un fantástico viaje. Y ya son quince años escribiendo (entre todos), este viaje, libro, poema, pájaro, nido y tantas cosas a la vez.

Quince años de viajes, de ilusiones, de dificultades, de trabajo, muchísimo trabajo. De actividades creativas y menos creativas. De Caravanas de material escolar, de libros, catalogaciones, tejuelos, copias de seguridad. De eso puede dar fe nuestras bibliotecarias y bibliotecarios. Construcciones de bibliotecas. Adobes y más adobes. Años de adobe. Viajes y más viajes, más personal saharaui, más pájaros y más nidos. Llamadas, llamadas telefónicas, incontables llamadas para solventar la tarea más difícil, ingrata y al mismo tiempo, de orgullo, que es la coordinación diaria desde España con nuestro equipo saharaui. Un día sí y otro también. Pregunten a Palma.

Son ya quince años de Mercadillos de libros, de pulseras, de camisetas. También de sabrosas anchoas. Anchoas lectoras, que generan más dinero para el Proyecto. Un voluntariado de verdad honesto y desinteresado ha sostenido este proyecto.

Quince años de  solidaridad de asociaciones como Alouda Cantabria, Kabiak, Ilustra Sahara, Asociación de Amigos del pueblo Saharaui de Alcobendas y San Sebastián de lso Reyes, Fisahara, No te olvides del Sahara Occidental.org. Y tantas otras organizaciones (las lista afortunadamente es larga), que han ayudado sin formar parte del Proyecto.

El Bubisher es un sueño asombroso hecho por personas asombrosas.  Algunas se han ido, muchas seguimos aquí, pero también han llegado otras, llenas de energía, y con su trabajo, han renovado nuestras ganas de seguir trabajando y también nuestros enfados y rabietas de adolescentes.

Perdonad amigos y amigas, es que solo tenemos quince años.

Pero a pesar de nuestra juventud, siempre hemos sido muy rebeldes, muy independientes. ¿A que sí?

El Bubisher tiene su filosofía:

  • No acepta las órdenes de nadie, pero es justo y razonable. Y algo de locura tiene, por supuesto.
  • Es un modelo a seguir.
  • Disposición para trabajar por el bien común. Con seriedad, humor y si hace falta, también con mala leche.

Cuando el gusto por la lectura haya sido inculcado a la población saharaui, especialmente la más joven, habremos cumplido.

Gracias, amigos y amigas por hacer este sueño realidad.

¡Viva el Bubisher!

Liman Boisha

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