«No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa.» Ortega y Gasset.

Dicen que la culpa es de España. También dicen que lo es de Francia y de Marruecos, sobre todo de Marruecos. Dicen que la culpa es de la ONU, y de Estados Unidos, y de la CIA. Dicen que el problema es haber nacido en África. Dicen que todo viene de la colonización. También dicen que el problema es que nuestra piel no es del todo blanca. Dicen que solo somos un grano de arena caído por azar en el tablero de ajedrez que es el mundo. Dicen que es que porque somos pobres. Dicen que es por la religión, por la historia, por la raza, por la lengua. Dicen, dicen, dicen…

Yo no sé por qué es. El caso es que vivo en esta prisión sin barrotes ni alambradas, sobre este mar de arena y piedras en el que flotan casas de adobe que se desmigajan con el viento y jaimas que con el tiempo van perdiendo la urdimbre. El caso es que mis padres siguen sumando años y arrugas al tiempo que van perdiendo la esperanza de morir en el lugar en que nacieron. El caso es que sigue abierta una guerra que parece sorda y muda porque nadie oye ni habla de ella, pero que sigue siendo guerra. El caso es que no sé bien cada mañana qué cenarán mis hijos por la noche.

Yo no sé por qué es, pero sí sé qué es lo que me pasa. El filósofo en realidad se equivocó. En realidad, no sabéis lo que nos pasa, y eso es precisamente lo que nos pasa.

Ricardo Gómez