JUGANDO CON EL BUBI

 
Con las ilusiones intactas, la alegría y las risas a flor de piel, comenzamos un viaje que estaba destinado al éxito.
El reencuentro para unos y el primer contacto para otros, la hamada se presentaba ante nuestros ojos con todo su esplendor.
Noche de luna llena, abrazos infinitos y una cena maravillosa, digna de la hospitalidad saharaui.
Como el más maravilloso periplo por los mejores monumentos hechos por el hombre, nos encaminamos a visitar los templos del saber, los nidos de nuestro querido Bubisher.
Y llegó el gran día, con la ruta hacia los ondulantes mares de arena. Y allí, nos estaba esperando con su pequeño y elegante vuelo.
Jugó al escondite con nosotros, y se reía cuando nos oía decir: ¡ya lo tengo! ¡se me fue!, ¡ahora, ahora! ¡ Menuda y madura algarabía!
Queríamos mantenerlo en nuestra retina transformada en pantalla de móvil, demostrándonos a nosotros mismos que realmente existía.
Después de un rato, por fin, se dejó captar y en ese mágico instante supimos que la buena suerte ya no nos abandonaría: trajo la tan necesaria lluvia, buen trabajo en equipo, conversaciones enriquecedoras, juegos…
Ahora nos toca a nosotros alzar el vuelo hacia nuestros hogares, sabiendo que el maravilloso proyecto Bubisher sigue creciendo y volando para disfrute del pueblo saharaui.
Candi Santiago

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *