Que leer pone en marcha la imaginación es incuestionable, pero que, además, una buena historia y el impulso de quien nos ha puesto en contacto con ella despierten al artista que llevamos dentro, es romper nuestra coraza y entrar en un mundo ilimitado de posibilidades.
Esto es lo que ha ocurrido estos días en la biblioteca de Smara. La lectura de Tuk es Tuk, un libro sobre el valor de la diferencia, y la puesta en marcha de la técnica de “cadáver exquisito”, dieron lugar a estos fantásticos animales, tan diferentes como hermosos, creados por los propios niños.
Historia de una lata, o como cambiar la mirada para poder ver con los ojos de la imaginación, dio lugar, después de su lectura, a una excursión por las calles del campamento buscando latas para transformarlas en auténticas obras de arte.
No hay niño que no sea capaz de crear con sus manos lo que su imaginación le permite ver. Es solo cuestión de enseñarles a descubrirlo.












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