EXACTAMENTE AQUÍ

O allí, o en cualquier lugar que quiera mi alma viajera. Hoy he decidido desembarcar en una tarde lluviosa en el puerto de Basora. Después he acompañado a una bella mariposa que roza los pétalos en un jardín de la biblioteca de Dajla, pero no de la bella Dajla-junto-al-mar sino de la Dajla-de-mar-adentro.

Mis pensamientos me han trasladado a las arcillas cuarteadas de la Sequia el Hamra, a sus orillas de breves cañaverales que me describieron mis abuelos y al oasis del Messeied del que guardaban una vieja postal tan resquebrajada como ese cauce.

Y luego mis dedos y mis labios han podido leer un poema de la palestina Fadwa Tuqan:

No lloraré

A las puertas de Yafa, amigos míos,

y entre el caos de escombros de las casas,

entre la destrucción y las espinas,

dije a los ojos, quieta:

Deteneos…Lloremos

sobre las ruinas

de quienes se han marchado, abandonándolas.

La casa está llamando a quien la edificó.

La casa está dando el pésame por él.

Y el corazón, deshecho, gime

y dice:

            ¿Qué te han hecho los días?

            ¿Dónde están los que antes

            te habitaban?

            ¿Has sabido de ellos?

            ¿Has sabido después de su partida?

Aquí soñaron, sí,

            aquí estuvieron,

            y trazaron los planes del mañana.

Más, ¿Dónde están los sueños y el mañana?

Y, ¿dónde,

dónde ellos?

 

Emilio Sánchez

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