EN LAS ARENAS DEL OLVIDO

Mi padre era un poeta y escribía cuentos del tiempo y la memoria.

Un día no regresó vivo. Lo asesinaron. Lo enterramos cerca de la palmera verde que nos habían robado. A lo lejos, el mar gritaba: ¡Sáhara Libre!

Un día no pude volver a la escuela. El director llamó a mi madre y delante de ella me golpeó en la cara con el cuaderno. Luego le enseñó la bandera que yo había dibujado y bajo la que había escrito: ¡Sáhara Libre! Dijo que no era un buen ejemplo para mis compañeras y que no volviera nunca más por allí.

Un día la policía detuvo a mi madre. Le mostró las fotos de una manifestación, llevaba la misma bandera de mi dibujo, la misma que arropó el cadáver de mi padre. La insultaron, se rieron de ella y nos obligaron a abandonar la ciudad. Las estrellas gritaron: ¡Sáhara Libre!

Un día vinimos aquí, a la cruel hamada, al lugar donde viven los poetas cuando los hacen callar, al otro lado del silencio, donde el simún del olvido agita las melfas de las mujeres que esperan la libertad. Aquí no crecen árboles, ni plantas, solo el deseo de volver.

Ahora que vas a nacer, desde esta paz sin paz de la distancia, sueño con regalarte la palmera verde que nos robaron, y llevarte a las tierras libres. Al corazón del Tiris que mi padre cantara.

Federico A. de Haro de la Cruz

 

[1] Este microrrelato fue elegido entre los diez finalistas en el IV Concurso de Microrrelatos por los Derechos Humanos, organizado por Amnistía Internacional. Diciembre, 2017.

Relato incluido en el libro Impresiones y retales. HG. Editores. 2018

 

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