Que al Bubisher se le cerraran las puertas del estado en sus inicios, fue una gran suerte. Descubrimos así la fuerza de la solidaridad, y ahora no tenemos ya más fuente de financiación que las aportaciones de los socios, y sobre todo las iniciativas solidarias de diferentes centros educativos. Y eso nos hace mucho más fuertes, nos empuja a sembrar semillas de solidaridad allá donde vamos. Algunas germinan, otras no. Y siempre que germinan es por el empeño y la fe de algún maestro o profesor. O maestra, más bien, como Carmen Guerrero, Nar, maestra ya jubilada en Nava, que durante meses ha tirado del carro para conseguir una auténtica maravilla, como lo que ayer culminó en su colegio. Con decenas de padres y madres, que hace un par de semanas echaron el resto, junto a sus hijos, en el mercadillo popular. Una auténtica fiesta en la que se recaudó el dinero necesario para garantizar el sueldo de un bibliotecario, durante tres años. ¡Nada menos!
Haber enseñado eso a los chavales, que su esfuerzo solidario, entendido casi como un juego, es algo tan serio, tiene que ser un gran orgullo para Nar, para la directora del colegio, para Lucy, imprescindible, para todos los maestros, desde infantil hasta sexto, para todos los padres, y también para nosotros. Ha sido un largo camino, muchas reuniones, y, sobre todo, una verdadera concienciación de todos los escolares. Ayer se respiraba todo ese orgullo en el gimnasio del centro, con todo el colegio presente. Y cómo resonaba en el local la voz de los niños cada vez que un curso cantaba: ¡5ºA, cien euros, para el mes de junio! Y así curso a curso, mes a mes. Cantamos todos juntos la canción que, con la música de “Mano con mano”, narra como un cantar de gesta toda la aventura. Asistimos una vez más a la representación de “Los gigantes de la luna”, nos emocionamos, reímos, disfrutamos. Por el trabajo bien hecho. Porque estos niños recordarán ya para siempre que fueron capaces de cambiar las cosas. Y por tanto crecerán con ese convencimiento, capaces de cualquier cosa.
Y nosotros, los bubisheros, nos sentimos así mucho más comprometidos con nuestro trabajo diario. Y seguro que los bibliotecarios y monitores, Kabara, Fetrana, Ahmed, Alghailani, Brahim, Saad, Lefdal, tanto como Hamida, Ebnu Omar y Hassana, todos los bubisheros saharauis, sienten también ese viento en sus velas, esa necesidad de responder al compromiso asumido por los niños de un colegio tan distante y tan cercano.
Y ese seguro para un bibliotecario nos permitirá, durante el curso próximo, plantearnos con más tranquilidad la construcción de una nueva biblioteca en el campamento más humilde y más fuerte, el de Dajla, y el envío de un nuevo Bubisher. Gracias, Nava.








Una respuesta a EL COLEGIO PUBLICO DE NAVA, ASTURIAS, SIEMBRA SEMILLAS DE SOLIDARIDAD