Cuando un niño ríe a carcajadas, cuando un cuento se convierte en algo vivo, cuando una voz sube, baja, va y viene y se queda suspendida unos segundos generando una enorme expectación entre los espectadores, el contador de historias enamora a su público.

Rodolfo Castro es argentino, vive en Lisboa y cuenta historias de una manera tan peculiar que, hasta cuando no está trabajando es capaz de ponerles a las palabras un no se sabe qué, tan personal y tan peculiar, que es imposible no reírse.

Lo conocimos en Proença a Nova y desde el momento en el que él nos conoció, se interesó por el Proyecto Bubisher. Y quiso saber, y nos preguntó y le entraron ganas de ir a contar historias a los campamentos. Tal vez no pueda hacerlo tan pronto como le gustaría, pero irá y cuando lo haga, podrá comprobar por sí mismo que “as crianças” saharauis no se olvidan con facilidad, que sus risas son tan espléndidas y sus miradas tan penetrantes que el contador de historias se enamore de su público.

Rodolfo, vos sabés que contás con nosotros y que el Bubisher cuenta con vos.