56 niños y niñas en tres sesiones de cuentos, una mamá escuchando en la esquina, bibliotecarias sosteniendo el libro, sosteniendo el grupo, narrando incluso con sus manos, hojas blancas para acoger historias y dibujos, la bicicleta azul … Todo sobre la alfombra a la sombra de un bibliobús, rodeados de tranquilidad, aire y arena. Le muestro las fotos a Tateh, nuestro compa saharaui nacido en los campamentos que vive allá y aquí, para que me diga qué ve en ellas. Las fotos le traen a la memoria aquella asamblea del Polisario cuando un dirigente envió un mensaje a la población sobre la importancia de que todo el pueblo saharaui se colocara y se mantuviera en la misma ahsira   احصيرة, en una única ahsira, a la alfombra le decimos ahsira. La ahsira es para las personas saharauis símbolo de unión, lugar para compartir, reír, consensuar y aliviar el drama. Eso ve Tateh en la foto. Y sigue, me explica que para los saharauis el aprendizaje al aire libre, sin pupitres ni sillas ni ataduras por medio, es lo que mejor va con su propia identidad; es la disposición más amable para aprender. Pareciera que es el modelo de escuela que él hubiera anhelado en su época de estudiante en los campamentos. Antes de devolverme las fotos añade que también ve la dal ظل, la sombra. El saharaui cuando está fuera de la jaima siempre busca la dal, en donde sea. Habitarla se hace necesario.

!Que diferente es todo aquí! Por estas tierras la función de los bibliobuses es garantizar el acceso al sistema de lectura pública a las personas que residen en zonas de baja concentración demográfica.

Los bibliobuses del Bubisher llevan libros, historias, talleres a zonas de alta concentración demográfica, donde viven niños y niñas en un entorno de alta dificultad de acceso a la lectura; y además lo hacen como a ellos y ellas más les gusta, en el suelo, sin muebles, conformando el mágico círculo sobre la alfombra que les va a transportar a todos a la vez a mundos apasionantes. Y además para que mientras tanto no les hierva la sangre y puedan calmar el corazón el bibliobús lleva incorporada también esa dal, la imprescindible, esa sombra que vale millones, muchos más que los que vale por aquí cualquier fresca sombra de la mas frondosa morera en un caluroso día de verano.

Koro Azkona