2 DE ABRIL, DÍA DEL LIBRO INFANTIL

 

En este día, los niños y niñas del campamento de Smara han querido rendir un homenaje a Gloria Fuertes.

Después de leer varios de sus poemas y tomándolos como ejemplo, han escrito su propia poesía titulada “Primavera en un día de martes”

Y sumándome a su iniciativa, quiero dejar una pequeña reseña de la vida y la obra de esta entrañable poeta

GLORIA FUERTES , LA POETA DE LOS NIÑOS.

El 28 de julio de 1917 nace Gloria Fuertes en Madrid, en la calle de la Espada, del castizo barrio de Lavapiés, en el seno de una familia humilde.

De los 2 a los 14 años asiste a diversos colegios, entre ellos uno de monjas en la calle Mesón de Paredes, que ella recuerda en un poema:

«Me llevaron a un colegio muy triste
donde una monja larga me tiraba pellizcos
porque en las letanías me quedaba dormida».

Dada la escasez de medios con que contaba la familia, ella recuerda que era una “niña con zapatos rotos y algo triste porque no tenía muñecas”. Pronto encontró la manera de ayudar a su familia trabajando, como cuenta en el poema siguiente:

«Mi primer juguete, una máquina de escribir
(alquilada) con la que trabajaba
copiando direcciones,
me pagaban un céntimo por cada sobre…”

Sus primeros versos, los escribe a los catorce años.

En 1934 fallece su madre:

«A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
a los quince se murió mi madre,
se fue cuando más falta me hacía…”

Todos estos acontecimientos adversos, intentaba mitigarlos con su afán por la lectura. Gloria tenía muy claro su destino de escritora y trataba que sus poemas fueran editados.
En 1932 se publicó su primer poema: Niñez, Juventud, Vejez… tenía catorce años.

A los 17 años, escribe su primer libro de poemas: Isla Ignorada

«Soy como esa isla que ignorada
late acunada por árboles jugosos
– en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
sola sólo –
 

En 1939 y hasta el año 1953, comienza a trabajar como redactora de la Revista Infantil Maravillas, donde publicaba semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños.

En 1947 obtiene el 1º premio de Letras para canciones de Radio Nacional de España.
En 1949 publica su libro Canciones para niños.
1950: publica Pirulí. (Versos para párvulos)  y organiza la primera Biblioteca Infantil ambulante por pequeños pueblos, llevando libros adonde éstos no llegan por falta de dinero o por el analfabetismo que todavía existía en España.

A mediados de los años 70 colabora activamente en diversos programas infantiles de TVE, siendo el popular Un globo, dos globos, tres globos y La cometa blanca los que la convierten definitivamente en la poeta de los niños. Recibe en cinco ocasiones el Aro de Plata y un Aro de Oro de Televisión Española a la mejor escritora (1976).

En 1975 su libro Cangura para todo fue galardonado con el diploma de Honor del Premio Internacional de Literatura Infantil Hans Christian Andersen, lo que la situaba entre los grandes autores universales de literatura infantil.

A partir de la década de los ochenta Gloria se dedica a numerosas actividades: lecturas, presentaciones, radio, entrevistas, periódicos, visitas a Colegios, pregones, viajes, TV, homenajes… siempre cerca de los niños; publicando continuamente, tanto poesía infantil como de adultos.

El 22 de Noviembre de 1982 se estrena en el Teatro Lavapiés de Madrid su obra Las tres Reinas Magas.

En 1985 le fue otorgado el premio de poesía Ciudad de Baeza; en 1986 es galardonada con la Medalla del día Mundial de Cruz Roja; en 1987 en nombrada Dama de la Paz; y en 1997 Socio de Honor de UNICEF.

Gloria es ya muy querida y popular.

Falleció el día 27 de Noviembre de 1998.

Su autobiografía dice:

Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.

Cándida Santiago

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