YO, TARZÁN; TÚ, JANE

Hoy en la escuela la maestra nos ha hablado de Jane Goodal. ¡Que gran mujer! Y nos ha preguntado qué nos gustaría ser de mayores, dentro de veinte años.

Yo quiero ser como Jane, aunque me dan un poco de miedo los gorilas. Tal vez, pensándolo mejor, igual los cambio por cabras. De mayor voy a tener cabras, y vacas, y ovejas, y voy a montar una quesería. Ya está decidido. Voy a estudiar para dedicarme a eso, y cuando viva en mi país con mi familia tendré un negocio que se llamará QUÉ SERÍA DE JANE y venderé quesos y mantequilla, y yogures de mil sabores.

Estás loca, me dice mi amiga Marmada. Y me lo dice ella, que quiere ser directora de cine solo porque el año pasado vio en el FiSahara a un actor español que estaba….mmmm. Directora no sé, pero actriz sería muy buena, seguro. O  payasa, mejor.

Cuando llegué a casa, le pregunté a mi hermana mayor si tenía ya decidido qué iba a ser dentro de veinte años. Me dijo que no, que tenía algunas dudas, pero que estaba estudiando muy duro para estar preparada y decidir, por si misma, su futuro. Es muy lista, será una gran doctora, seguro.

¿Y Jane Goodal tendría claro de pequeña qué iba a ser? Sí, claro que sí. O no, igual tuvo dudas, y quería ser deportista, o ingeniera. O montar una quesería, quién sabe. Pero seguro que tenía claro que iba a luchar fuerte en esa jungla que como mujer tenía enfrente, llena de tarzanes encaramados en lianas y de peligros escondidos. Le dio igual, hizo de la jungla su casa y de los gorilas sus compañeros.

Yo haré lo mismo, pero con cabras. Gracias, Jane, por abrirnos el camino a machetazos.

Javier Bonet

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