Y TU PALABRA CONTÓ

En febrero el Bubisher anticipó su llegada a la biblioteca de la Wilaya del Aayun todavía en obras y eligió uno de los muros que rodean el jardín, para ya vigilante de la entrada y protegido de la lluvia y el siroco que lo acompañó a su llegada, posarse en toda su esencia, en forma de palabras. Palabras, gestadas en mentes solidarias, semillas de libertad, que desde la península alzaron su vuelo esquivando Marruecos para llegar hasta la biblioteca.
Palabras que ellas mismas decidieron homenajear a las mujeres saharauis, a las abuelas de los campamentos  que llegarón a la hammada y supieron crear vida en tierra de muerte desafiando a la tradición, porque su mirada quedó plasmada en esas palabras. No es casualidad que no pudiendo encontrar pinceles para realizar el mural tuvieramos que recurrir a los lápices de ojos que ellas utilizan.  Ahora esos ojos también están en el muro, observando con orgullo todo lo que acontece en la biblioteca.
 Y tampoco fue el azar el que hizo que  este bubisher nos acompañara durante todo el viaje y que nos  regalara incluso su presencia el día que fuimos a comer a las dunas y apareció allí mismo. Dicen las sabias de este proyecto que es la primera vez que lo ven. No queda ninguna duda ya: la biblioteca de Aayun viene con la buena suerte.
Koro

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