Que traspasa el papel y se adentra en el mundo mágico de los cuentos.

Que con pocos medios, es capaz de fabricar ilusiones.

                                                                                                                                                                  Que camina hacia otros lugares en busca de aquellos a los que tanto quieren.

Que por su calidad humana es capaz de invertir gran parte de su tiempo en apoyar una causa justa.

Que se implica, que trabaja en equipo, que disfruta aportando ideas y líneas abiertas para seguir avanzando hacia un futuro más justo.

Estos días, en Smara y Ausserd, muchas familias españolas que han ido a visitar a sus niños han pasado por las bibliotecas y no solo han participado en las actividades, además, han comprado ejemplares de Ritos de jaima y se han interesado tanto en el proyecto, que piensan seguir su rastro cuando regresen.

Estos días, en Smara, un grupo de voluntarios valencianos, con Gemma Ortells a la cabeza, están dando un fantástico taller de teatro, dramatización de cuentos y construcción de sencillas marionetas, a los monitores saharauis del bubisher y a un grupo de jóvenes , también saharauis, que van  a las escuelas para trabajar con los niños en el campo artístico y deportivo.

Estos días, y una vez más, ya no sé cuántas a lo largo de este primer trimestre, Carlos Cristobal sigue mandándonos desde los campamentos ese mensaje que siempre le acompaña : “No te olvides del Sahara occidental ningún día…NUNCA

¡VIVA LA GENTE COMO ELLOS Y COMO TODOS VOSOTROS!