Esta vitamina C, la de la Cultura, es imprescindible para el crecimiento y desarrollo de los niños, desde luego. Y como por ahí se empieza, por ahí empezó  el Bubisher. Pero tal vez aún lo sea más para crear bienestar en los jóvenes y adultos. La vida, muy dura en los campamentos, lo es menos, y menos tediosa, cuando se ensancha  con cultura. Y hasta los horizontes se hacen más alcanzables. En este fin de año se inyecta esa vitamina C en las bibliotecas del Bubisher. Un curso de informática para maestros y profesores de Smara. Un curso de fotografía para adultos en la biblioteca de Ausserd. Y muchos, cada vez más jóvenes yendo a buscar el último libro a las estanterías de las cuatro bibliotecas. Y toda esa vitamina C la administran, con cita previa o sin ella, las espléndidas bibliotecarias y monitores que mejor saben dónde tienen que pinchar.