VAMOS A JUGAR AL PASADO

 

El pasado Día de la Música, 22 de noviembre, se nos fue Pablo Milanés, uno de los referentes de la Nueva Trova Cubana, dejando una obra fantástica tanto en sus textos como en la música que los envolvía. Había dedicado su primer disco a musicar a José Martí en 1975, al año siguiente apareció su magnífico “La vida no vale nada” y en 1978 salió “No me pidas”, un vinilo en el que aparecía esta esperanzada canción: “Vamos a jugar al pasado” acompañando a otras quizás más conocidas como “Años”, “Yo no te pido” o “Son de Cuba a Puerto Rico”.

Es una canción tan sencilla como curiosa en la forma: no le hacen falta más que tres adjetivos (alegre, incontables y triste) porque el mensaje no necesita de adornos ni decorados. Es una invitación a la esperanza y al compromiso, un reto a compartir la memoria. Cuatro versos octosílabos abren y cierran el tema explicando que el ser humano es capaz de mejorar las cosas si hay voluntad.

Tres imperativos (cuéntale, grábalo, dile) nos invitan a esa labor pedagógica que tan a menudo se nos olvida: pensábamos que era imposible pero lo hicimos. No damos importancia a los éxitos más o menos humildes que hemos conseguido ante la tarea ingente que aún queda por hacer pero eso no ha de empañar la esperanza, siempre queda la huella de lo realizado aunque no la veamos porque otras y otros la disfrutarán.

Cuba y su revolución, a pesar de bloqueos y boicots, dejó para la historia unos cambios revolucionarios. Y este tema, con el acento inconfundible de Pablo sobre cierto aire de psicodelia en los teclados y su delicado ritmo tropical, puede ser metáfora de tantos momentos en los que la gente ha conseguido cambiar a mejor su realidad. Recordemos, disfrutemos y que nos sirva de respaldo ante la amnesia, sigamos contando lo vivido y ocurrido en el Sahara hasta que avistemos su mar.

Paco Bailo

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