Dentro de su piel morena se mezclan, en proporciones que no se pueden descifrar, la alegría y el temor, la distancia, la expectación. Fuera, los paisajes urbanos o rurales, cercados por montañas, abiertos al mar o pura planicie, configuran un cuadro multicolor en el que penetran sentados en un coche o en el interior de un autobús. Ojos extremadamente abiertos, bocas que esbozan una mueca que lo mismo se resuelve en una sonrisa que arranca lágrimas de su mirada. Y, al fin, unos brazos que abrazan.
Lejos, muy lejos, la Hammada. Una punzada de melancolía. De frente, un mundo distinto, una casa llena de objetos, una habitación acogedora, pero, sobre todo, una familia. Sonrisas, manos seguras, protectoras, niños que empiezan a tejer complicidades desde el mismo momento del encuentro, madres que generan tranquilidad, besos que calman ansiedades.
No importa el lugar, ni las vistas, ni las cosas. Lo que de verdad configura la magia de unas vacaciones de verano en paz se encuentra implícito en la alegría y el cariño con el que cientos de familias reciben estos días a sus hijos e hijas saharauis.
Desde el Bubisher, queremos enviar a todas y cada una de ellas nuestra admiración y nuestro afecto.
Y un deseo: Que este verano sea para todos un hermoso libro escrito día a día, en el que también los cuentos tengan su espacio.
Lejos, muy lejos, la Hammada. Una punzada de melancolía. De frente, un mundo distinto, una casa llena de objetos, una habitación acogedora, pero, sobre todo, una familia. Sonrisas, manos seguras, protectoras, niños que empiezan a tejer complicidades desde el mismo momento del encuentro, madres que generan tranquilidad, besos que calman ansiedades.
No importa el lugar, ni las vistas, ni las cosas. Lo que de verdad configura la magia de unas vacaciones de verano en paz se encuentra implícito en la alegría y el cariño con el que cientos de familias reciben estos días a sus hijos e hijas saharauis.
Desde el Bubisher, queremos enviar a todas y cada una de ellas nuestra admiración y nuestro afecto.
Y un deseo: Que este verano sea para todos un hermoso libro escrito día a día, en el que también los cuentos tengan su espacio.
Sahara Bubisher
1 julio, 2010 en 2010-07-01T17:00:35+00:000000003531201007
Conozco algunas de esas familias y esperan con ansiedad a sus hijos saharauis. Por mi parte este blog será mi lectura para el verano, pienso leerlo de principio a fin, segura de lo mucho que aprenderé entre sus páginas.
Saludos
1 julio, 2010 en 2010-07-01T22:59:56+00:000000005631201007
¡Gracias, Begoña!
Y por nuestra parte, gracias, sí, a todas esas familias acogedoras, la columna vertebral de la españa con minúsculas, la de la gente, la que no ha abandonado ni abandonará a nuestra gente saharaui.
Gonzalo.
4 julio, 2010 en 2010-07-04T18:52:58+00:000000005831201007
Hola!
Yo por desgracia este año no seré familia acogedora, puesto que la niña que reclamamos va a Canarias…. pero en agosto ire a un campamento de niñ@s saharauis y estare como monitora y coordinadora 2 semanas 😀
Gora Sahara!
5 julio, 2010 en 2010-07-05T12:11:49+00:000000004931201007
Ya están aquí, sí. Algunos, como Biseiba, de Farsía b-3 (Smara), una de las niñas que este invierno recibió la visita del Bubi en su escuela Mustapha.
Algunos, decimos, porque Argelia cada vez exige más dinero por viaje de niño, y ya sabemos que entre la crisis y ese aumento de precios, al menos mil niños saharauis se quedarán allí este verano.
Y las temperaturas siguen su escalada veraniega: para hoy se esperan 41 grados, pero a partir del miércoles llegarán ya a los 47, y subiendo.
Por eso, nuestro agradecimiento a todas las familias acogedoras, y nuestro desprecio a quienes por los intereses más mezquinos condenan a los 40.000 niños que no pueden venir a España a pasar el verano en el infierno.