VACACIONES A LA VISTA

Desde hace unas semanas, integrantes de Asociaciones y ONGs, que trabajan para mejorar las condiciones de vida de la población refugiada saharaui en su ya muy largo exilio en los campamentos de Tinduf, vienen moviéndose por sus territorios, impartiendo charlas acerca del Programa de Vacaciones en Paz, con el fin de concienciar y, sobre todo, sensibilizar a las familias para la acogida, durante los meses de julio y agosto, de niñas y niños saharauis, a los que veremos por calles, plazas, piscinas, jardines, playas, parques…de muchas ciudades y pueblos de España, alejados de los rigores climáticos del verano en la Hammada, a la vez que atendidos sanitariamente.

Para muchos de esos niños será la primera experiencia lejos de sus padres, hermanos y vecinos. Otros ya habrán vivido esas vacaciones en años anteriores. Lo uno y lo otro depende de sus edades. Y muchos de los unos y los otros son usuarios de las bibliotecas Bubisher, donde a lo largo del curso escolar han pasado algún tiempo aprendiendo de manera diferente, por más que complementaria, al modo de aprender en sus escuelas, al que añaden actividades vertebrabas por lecturas, que fomentan sus capacidades intelectual, imaginativa y emocional, que les procuran recursos creativos, con los que más y mejor vivir, disfrutándolas, tantas novedades, con las que se van a encontrar, que seguramente han conocido a través de la televisión, pero que no han vivido, porque no habían formado parte de ellas hasta sus vacaciones.

Al marchar dejan las puertas de las bibliotecas cerradas, y no se abrirán hasta su regreso, con el comienzo de un nuevo curso escolar. A los de la wilaya El Aaiún les esperará su propia biblioteca Bubisher, de modo que ya en todos los campamentos tiene su nido el pájaro que lleva buenas nuevas a sus jaimas. Atendiendo al sentir agradecido de tantos saharauis, los responsables del Proyecto de bibliobuses y bibliotecas en los campamentos, han querido ponerle el nombre de Pilar Bardem.

Al regreso a los campamentos, tras las vacaciones, los niños se reencontrarán, además de con sus familias, con sus amigos en sus barrios de la daira, en las escuelas, y también en la biblioteca Bubisher de su campamento, donde se sentarán en torno a las mesas para, antes de abrir un libro, intercambiar informaciones sobre sus experiencias vacacionales, con la acumulación de sorpresas sobrevenidas. Algunos no sabrán decir el nombre de la ciudad o el pueblo donde ocurrieron, pero todos dirán el de la Comunidad Autónoma. Y los bibliotecarios, monitores y voluntarios tendrán preparadas actividades de distintos formatos -relatos, dibujos, escenificaciones, tertulias…- para que los niños dejen constancia de cuanto han vivido lejos de los campamentos. Porque las vacaciones son para vivirlas. Y también para revivirlas. En las familias españolas las viven, espontáneamente. En las bibliotecas Bubisher las pueden revivir. Creativamente.

Fernando Llorente

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