La maravilla de los cuentos es que se escriben en una habitación solitaria, donde poco a poco el espacio se van inundando con las voces de los personajes que vas inventando, a los que poniendo cara, creando una vida, una familia, unas aventuras.
La maravilla de los cuentos es que, una vez que están publicados, es el azar quien los pone en unas manos o en otras. El destino de la literatura es imprevisible y yo no podí­a imaginar que algún dí­a uno de mis personajes estarí­a con vosotros, en un lugar tan alejado de mi cuarto de trabajo.
Siento ahora, imaginando que estáis escuchando estas palabras que yo he escrito en ese cuarto de trabajo en Madrid, que los cuentos, sobre todo los cuentos para niños, pertenecen a los lectores, que los hacen suyos, con su imaginación, con su fantasí­a.
Este cuento es para vosotros. Sentidlo vuestro. Os lo regalo. La pequeña Olivia no podí­a estar en mejores manos.
Un beso,
Elvira Lindo.