Por tercer año consecutivo, los bubisheros nos hemos reunido en Madrid para celebrar la asamblea anual, esta vez ya como asociación legal. Si el primer año, en el Patio Maravillas, sorprendió la cantidad de asistentes y el número de horas de reunión que soportamos todos sin apenas darnos cuenta, en esta tercera reunión no sorprendió menos la asistencia de personas interesadas en el proyecto, desde el activismo a favor del pueblo saharaui. Y en eso hay unanimidad: en tiempos de indignación general, nuestra indignación por el olvido del pueblo saharaui se traduce en una apuesta firme por la cultura como arma de liberación. Cultura, educación, y… futuro.
El marco fue esta vez el edificio de la antigua Tabacalera de la calle Embajadores, y por suerte en un precioso jardí­n, a su fresca sombra, y con un ambiente delicioso. Y así­ se desarrolló también la reunión, en la que se informó del gran logro del proyecto este curso pasado: la construcción del Nido. Ricardo nos informó de cómo quedaba la obra este mismo mes: a falta de pequeños detalles, pero ya listo para empezar a trabajar. Para ello la comisión bibliotecaria ha trabajado duro, y aún le queda mucho por hacer antes de que en el mes de noviembre viajen hasta Smara para colocar todo el fondo, de unos 2.000 libros que en su mayorí­a ya están registrados y ordenados, con un 20 % en árabe.
Es verdad que el presupuesto inicial de unos diez mil euros (que aportaban las Librerí­as con Huella y sus clientes) se ha duplicado largamente por muchos imprevistos y la subida de los precios en los campamentos, pero no es menos cierto que se ha hecho sin contraer deudas, y con superávit en nuestras cuentas, como detalló el tesorero, Limam. Y es que este ha sido un gran año, a pesar de la crisis: hemos ingresado unos 50.000 euros gracias a los pequeños esfuerzos de una lista larguí­sima de socios, colegios, colaboradores, amigos y alguna institución como el siempre presente ayuntamiento de Fraga y los suecos del BIS. Y después de pagar todos los sueldos de los monitores saharauis, los gastos diversos y la obra del Nido (casi 25.000 euros), aún disponemos de una cantidad que prácticamente garantiza el pago de sueldos. En ese sentido se hizo (y se hace) un llamamiento a todos los socios para que podamos pasar de los cien, auto-garantizando los gastos anuales más importantes, como los sueldos. También se hizo un llamamiento para que surgiera un equipo de trabajo nuevo, que centralice todo lo relacionado con ingresos por ventas y otras iniciativas (se admiten sugerencias) y otro para relacionarse con los muchos colegios y centros de enseñanza que ya colaboran en el proyecto. Y surgieron a la primera, llenos de ganas de trabajar. Porque como se dijo en la asamblea, aunque no renunciamos a tener subvenciones, nos sentimos orgullosos de que la mayor parte de nuestros fondos vengan de la sociedad civil.
En estos nuevos ingresos nos proponemos que la edición de libros sea el «buque insignia”. Y el primero de ellos será «Ritos de jaima» de Limam Boicha, que ya antes de ser editado se está convirtiendo en imprescindible para comprender «el alma saharaui”. A él seguirán muchos otros, unos escritos por niños o adultos saharauis de los campamentos, y otros donados por escritores de los que forman parte del Bubisher.
Se habló mucho también del equipo saharaui que ha de mantener el funcionamiento del Bubisher, y que aumenta en dos personas para que se hagan cargo de la biblioteca en sí­, y que se unen al equipo ya conocido, con algunos pequeños cambios en sus horarios y desempeños. Pese a todo, y «haciendo encaje de bolillos» el incremento total de los sueldos es apenas significativo, plenamente asumible.
Ausserd, dictaminó la asamblea, tendrá que esperar un poco. Y eso que ya tenemos el Bubi II, donación del ayuntamiento de Málaga a través de Pilar, de Librerí­a Luces, y de que Algailani pasará el tiempo necesario del primer trimestre formándose en el Bubi I y el Nido para convertirse después en monitor y conductor, bajo la dirección y con la ayuda de Candi. Con casi total seguridad, a lo largo del año podremos empezar.
En cuanto al trabajo de este año, Palma informó de la buena marcha del trabajo en las escuelas por la mañana, comandado por Daryalha, y de la creación de los nacientes clubes de lectura por la tarde, que no deben anular la labor clásica del Bubi de abrir sus puertas a todos los niños y jóvenes que lo deseen. También de la imprescindible colaboración de los voluntarios, auténtico motor del Bubisher, que ha sido brillante, y del nuevo trabajo con las mujeres en las «semanas de exámenes”.
En todos estos capí­tulos se piensa incidir en la idea de avance, de progreso en la comprensión lectora, en el fomento de la creación, en las actividades paralelas, sobre todo en las tardes del Bubi y en todas las nuevas actividades que van a crecer (y a multiplicarse) en las instalaciones del Nido.
Por supuesto, echamos de menos a tantos y tantos voluntarios y colaboradores de este año y de los anteriores, que no pudieron viajar a Madrid. Pero seguimos vinculados con todos, porque como en Tabacalera se demostró, el Bubisher es, sobre todo, su Asamblea, por más que haya un amplio equipo que trabaja casi a diario, de una forma absolutamente desinteresada.
Un año más de crecimiento, el Nido construido, todos comprometidos cada uno en su parcela. No se puede pedir más. Y no nos pediremos nunca menos.