Ni la pandemia, ni la ausencia de voluntarios extranjeros, ni el conflicto armado que vive el pueblo saharaui han detenido el esfuerzo que han hecho las bibliotecarias y bibliotecarios saharauis para conseguir uno de los objetivos que se propusieron al principio del curso: atraer a los jóvenes y a los adultos a las bibliotecas ofertándoles talleres, proporcionándoles los libros que han ido demandando y que, como recordaréis, fueron a comprar a Orán allá por el mes de enero, ofreciéndoles las instalaciones para leer, estudiar u organizar las actividades culturales que quisieran.
Ha sido un reto al que se han enfrentado con valentía y han superado con sobresaliente.
Y para poner un broche de oro a esta nueva etapa en la que las bibliotecas se han abierto como nunca a toda la población, en Auserd se llevó a cabo un taller de didáctica de las matemáticas y otro sobre cómo luchar con eficacia contra la pandemia. En Bojador se volvieron a reunir un grupo de mujeres con el fin de gestionar juntas sus intereses, sus preocupaciones, su importante papel en la sociedad. Y en Smara, un grupo de jóvenes harán en los próximos días una reunión para organizar actividades de cara al verano.
Esperamos que el próximo año escolar las charlas, talleres y cursos para jóvenes y adultos se incrementen y que cada vez sean más las personas de todas las edades que sientan que las bibliotecas son suyas.