Tres hombres y un destino

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Aunque parezca el título amplificado de una película, nuestros tres  hombres no son actores de cine ni de teatro, pertenecen a la vida sin escenarios de cartón-piedra y trabajan a pie de obra. Son  los tres magníficos.

En sus manos, otro capítulo de nuestro deseo compartido: Una biblioteca viva y digna en  cada campamento. En su cuerpo, el peso de muchas horas diarias de trabajo, de dormir poco, de un té, de mucho en mucho, para reponer la energía que, por otra parte, poseen a raudales. Y en sus pies, alas.
Roge acaba de volar desde Barcelona para unirse a Hassanna y Skeirit, que ya llevaban muchas horas de vuelo yendo y viniendo entre Tinduf, Smara y Bojador, buscando los mejores materiales y las herramientas, pocas pero suficientes, que les permitirán transformar un espacio amplio y bien situado, pero ruinoso, en una biblioteca luminosa, de la que, y estas son sus propias palabras “todos nos sentiremos orgullosos”.
Los tres tienen en común, además de su aspecto exterior y de su edad, un corazón más grande que Alemania, un deseo de superación poco frecuente, unas ganas de trabajar que sobrepasan  cualquier expectativa y un compañerismo que da envidia. Se complementan en el carácter, sumando sus peculiaridades y logrando, así, un equipo perfecto. Cien por cien, que diría Hassanna. Y es que al movimiento continuo del propio Hassanna, le añade tranquilidad la serena mirada de Roge y eficacia, la seriedad de Skairiit.
No son un Reford ni un Newman, al que se les hubiera unido un Clooney recién llegado. Ni falta que les hace. Su trabajo es tan bueno y tan auténtico que parece, es verdad,  salido del celuloide (¡qué tiempos aquellos!), pero es real como la vida misma, Y merecen el Óscar, el César, el Goya o el Oso de oro a la mejor obra del año.
Ya habían trabajado juntos los tres en la construcción del Nido de Smara y ya entonces congeniaron de maravilla. Roge, arquitecto español, voluntario Bubisher y humano hasta la médula, fue entonces, y es ahora, uno más acarretando adobes, planificando espacios, atendiendo sugerencias y dándole al pico y a la pala. Hassanna y Skeirit, saharauis orgullosos de su pueblo y de sus vidas, pusieron, y ponen, de su parte alegría, entrega y profesionalidad.
Tres hombres y un destino. Sí. Y al final, otro sueño hecho realidad: La biblioteca de Bojador , tercer Nido del Bubisher.

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