TODA UNA EXPERIENCIA

Blanca llegó a Smara con el calor del verano y la fuerza de quien cree profundamente en lo que hace. Fue sola,  y con paso firme afrontó el Primer Curso de Archivos que el Proyecto Bubisher impartía en los campamentos, a petición de los propios saharauis.

En este artículo nos cuenta su experiencia. Y si queréis saber más, no os perdáis la entrevista que le hicieron en Documanía 2.0, cuyo enlace encontraréis al final de su artículo.

Blanca: En nombre de todos los que hicieron el curso contigo: Gracias por tu esmerado interés y tu profesionalidad.

 

Hace ya varios años conocí a un archivero saharaui. Yo trabajaba en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid y él venía becado por Archiveros sin Fronteras para formarse en diferentes archivos españoles y buscar documentos que completaran su Archivo Nacional. Me tocó atenderle como a quien le toca la china. Y aquello me pareció fascinante. La labor de AsF en general, la del Sáhara en particular. Recuerdo su conciencia tan firme sobre el valor de los archivos como un medio de preservar la identidad de un pueblo no reconocido, expulsado, ignorado. Por supuesto, no contaban con más medios que los que la solidaridad internacional pudiera proporcionarles. Y los que ellos se ingeniaban. Los containers de ayuda humanitaria, por ejemplo, parecían ser buenos depósitos de documentos.

Entonces me limité a admirarlo como quien sabe que existen astronautas, pero al cabo de los años (¿y de la madurez?) me sorprendí preguntándome por qué no iba a ir yo a la luna (esta comparación paisajística no es tan descabellada como parece).

Y me puse a buscar, y a no encontrar, y al final, una organización de bibliotecas, el Bubisher, me tendió la mano para que pudiera tenderla yo, y tras dos intentos fallidos –secuestros de cooperantes de por medio- conseguí aterrizar en Tindouf, como quien aterriza en un telediario.

No os puedo hablar de la sensación que aquello produce, es indescriptible. Sí de lo que fue dar un curso de algo más de una semana, en Rabuni, la capital administrativa y sede del gobierno .

Que me recibiera la ministra el primer día, me hizo sentirme importante. Que lo hiciéramos descalzas, desconcertada. Mostraba agradecimiento y dignidad al mismo tiempo -esta actitud tuve oportunidad de constatar muchas veces que es la mayoritaria.

A pesar del paisaje tan diferente en casi todos los aspectos, encontré rápidamente una similitud con la clase política de nuestro país -todo lo que iba a proporcionarme (traductor, ordenador, comida…) jamás apareció. Pese al pánico del primer día, vi –aprendí- sorprendida, cómo se pueden solucionar las cosas cuando el que debe no lo hace. Un alumno desapareció y reapareció al cabo del rato con un ordenador secuestrado vete a saber de dónde con más virus que archivos, pero ordenador al fin y al cabo. Otro, que se había educado cuando su Sáhara Occidental era nuestra 53 provincia, se ofreció a hacer las veces de traductor, con tanto entusiasmo, que pareciera –con perdón- que hablaba de cualquier cosa menos de archivos.

Por las noches bajo el cielo cuajado de estrellas, yo sufría pensando cómo iba a explicarles el principio de procedencia, y por el día, bajo el sol taladrador, salía del aula agotada de contento del premio cosechado.

La conclusión a todo es: sí, hay producción documental en los campamentos de refugiados del Sáhara; sí hay, por tanto, archivos; sí un celo admirable en preservarlos; sí un afán de conocimiento sincero.

http://documania20.wordpress.com/2012/09/14/entrevista-a-blanca-bazaco-palacios/

2 respuestas a TODA UNA EXPERIENCIA

  1. Qué gran trabajo, Blanca. Y qué bien descrita la kafkiana vida del desierto en el exilio. Y qué orgullo que encontraras en el Bubisher una nave espacial para viajar a la luna…
    Seguiremos, sin virus que valga.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *