Patxi y Esti  llegaron el pasado martes a los campamentos y están felices trabajando en Bojador con Alghailan, Fetrana y Skeirit.

Patxi es carpintero y desde el primer momento se puso manos a la obra, ha lijado ventanas, ha puesto madera sobre los bancos de obra y ha limpiado zócalos. Una buenísima labor de mantenimiento, absolutamente necesaria para que las instalaciones no se deterioren lentamente.

Esti, por su parte, está trabajando en un proyecto precioso sobre La Güera. Alghailani y Patxi han hecho en madera un mapa del Sahara Occidental, Esti y los niños han marcado con piedras el muro y han situado en el mapa  esta ciudad saharaui deshabitada y casi engullida por la arena, pero nunca olvidada. Y ese es, precisamente el objetivo de este proyecto que Esti desarrollará en los tres campamentos, que los niños recuerden, que sus familias les cuenten, que los libros les hablen.

Frente al mapa, Alghailani les ha contado “Un río de lágrimas” y les ha llevado allí donde un anciano quiso morir.

Patxi y Esti se van el lunes para Auserd y allí seguirán aportando su trabajo y su simpatía. Y hoy llegan a Smara Ana y Julián, dos voluntarios dispuestos a trabajar sin descanso, porque es mucho lo que quieren hacer y mucha la ilusión que han puesto en sus proyectos.

No cabe duda de que el Bubisher cuenta con gente especial. Monitores y bibliotecarios saharauis que trabajan de maravilla, porque les gusta lo que hacen y eso se nota. Voluntarios que ponen todo su empeño en aportar ideas y esfuerzo y que donan generosamente al proyecto su tiempo y el dinero que supone su viaje y su estancia en los campamentos. Socios que con sus cuotas financian una parte importante del proyecto. Donantes anónimos que colaboran en silencio. Niños y niñas de colegios que, año tras año, trabajan con ilusión acompañados por unos maestros que les inculcan el verdadero sentido de la solidaridad. Los bubisheros que día a día buscan recursos y aportan ideas para mantener a flote este barco.

Y todos vosotros, que nos seguís y nos alentáis.

A todos, gracias.

Y a nuestros cuatro voluntarios, un abrazo desde esta parte del charco y nuestros mejores deseos.