SiINESTESIA: Observando los susurros de las plantas de la biblioteca Bubisher de Ausserd.

Santiago Ramón y Cajal, marido de Silveria Fañanás, navarro, premio Nobel y padre de la neurociencia, comparaba las neuronas del cerebro con árboles de un bosque, como las plantas en el jardín, unidas mediante sinapsis: su modo de comunicación. En la biblioteca Bubisher de Ausserd, Galh entabla una conversación con las células que cuida, observa y ve. Abre el ocular del microscopio de mano por primera vez: “Oh, es como poner un pie en otro planeta”. Ha encontrado un micromundo con habitantes vestidos de verde esperanza. Sus hojas aumentadas 60 veces guardan estomas, las estructuras de las células vegetales a través de las cuales respiran. Como la boca que susurra, ¿estará viendo la voz de la planta? Surgió una linda sinestesia, con su unión de sentidos: comprensión. “Tendremos que sembrar más plantas”, pensaron Abida, Leyla, Safia y Bachir, el personal (y mejores personas) de la biblioteca, reciclando botellas de plástico en macetas. Las mismas botellas utiliza Tateh Lehbib, ingeniero saharaui, en la construcción de casas circulares de otra wilaya, la de El Aaiún (https://www.youtube.com/watch?v=O7nAbSHFvHg). Más tarde se uniría el joven Brahim, (d)escribiendo y dibujando aquello que ve con y sin microscopio en la tierra mojada, casi casi se calza la bata de investigador, si no lo ha hecho ya: “Constelaciones con olor a petricor”, otra vez la sinestesia. Ayer las semillas arropadas por tierra regada se transformaron en ramas, les pusieron nombre y cada una está acompañada por un cuaderno de laboratorio. Huellas y hebras, como las del ADN, con su propio código: transmisión. ¿Y el ambiente? No olvidemos el ambiente: nido y nicho, como la semilla y su maceta, rodeada de cuidados y abrazos. Por lo visto algo resonó y en otras bibliotecas saharauis andan haciendo lo mismo. Comparten semillas entre ellas. Colaboran. Quizá sea el efecto de las mariposas que siempre bailan sobre las plantas de los jardines Bubisher… pues oye, ¡qué bien huele!

 

María Pedraza Boti

 

Una respuesta a SiINESTESIA: Observando los susurros de las plantas de la biblioteca Bubisher de Ausserd.

  1. ¡Pura inspiración! Precioso relato, María. Gracias por escribirlo y describirlo tan bien.
    ¡Que experiencia tan bonita!
    La curiosidad de los pequeños futuros científicos y científicas, da mucha esperanza verlos. Aparte de divertirse y soñar.

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