Bajo una lluvia absolutamente inusual en la Hammada, y después de un largo viaje, Roger, Susana, Clara y Raquel han hecho poco caso a su cansancio y ya han comenzado a trabajar en esta mañana de domingo que en los campamentos es dí­a laborable.

Roger y Clara, arquitectos encargados de los planos y de todos los aspectos técnicos relacionados con la construcción de la Biblioteca, se reúnen en estos momentos con Hamida y Ricardo para trazar un plan de actuación a corto y medio plazo.

Raquel y Susana, junto a Ana y con la participación de Memona y Daryalha, se preparan para dar un curso de formación bibliotecaria y de animación a la lectura que servirá de apoyo a los maestros para poner en marcha sus propias bibliotecas escolares que en la actualidad están, en su mayorí­a, en completo desuso. Dotarlas de libros y dar pautas para su dinamización, es también parte del trabajo Bubisher para este año que ahora comienza.

Todo en Smara es alegrí­a y ganas de trabajar. Todo apunta a una semana intensa de actividades y encuentros.

Y mientras tanto, en España se sigue haciendo un esfuerzo enorme para recaudar fondos que permitan que las obras avancen, que avancen los programas educativos, que el Proyecto Bubisher siga enraizando en la vida y en el corazón del pueblo saharaui. Esta semana, sin ir más lejos, se ha presentado en las librerí­as Cervantes de Oviedo y Oletvm de Valladolid, la campaña Besos con Huella. Por otra parte, buscamos posibilidades de financiación participando en concursos nacionales de proyectos solidarios y solicitando ayudas en Ayuntamientos (el de Fraga (Huesca) siempre ha respondido a nuestra llamada) y organismos oficiales. Pero sobre todo, intentamos que la familia Bubisher crezca a través de los socios. Gracias si ya lo eres. Aní­mate si crees en este proyecto. Pí­denos toda la información que necesites si aún no conoces a fondo el vuelo del Bubisher.

Se trabaja en Smara, se recaudan fondos en España, se llena el Bubisher de libros, actividades e ilusiones. Pero nada de esto serí­a posible sin la colaboración de los voluntarios y sin la complicidad y el buen hacer de todos los saharauis que ponen todo su empeño en el trabajo cotidiano para que el Bubisher brille en Smara, para que los niños lo disfruten, para que todos lo conozcan.

Nos espera un año de trabajo intenso, tan intenso como la fuerza y la ilusión que nos mueve.

Una vez más, gracias a todos.