SAHARA OCCIDENTAL: CULTURA Y RESISTENCIA

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De cultura y resistencia quisimos hablar en la jornada con la que cerramos el ciclo de actividades de Vacaciones en Paz 2013 el pasado viernes, 30 de agosto; una jornada para la que contamos con la imprescindible colaboración de la Asociación Cultural Octubre y la presencia del poeta Limam Boicha, de la Generación de la Amistad Saharaui. Además, quisimos que el acto sirviera de despedida a los niños y niñas participantes en el la presente edición del programa y de reconocimiento a sus familias de acogida.
Quienes poco a poco íbamos llegando a la sede de la Asociación Cultural Octubre en Sierrapando (Torrelavega) teníamos la impresión que la ambientación del espacio era la idónea para hablar de cultura y de resistencia. Y por si quedaba alguna duda, la pequeña jaima montada sobre un escenario con fondo negro y los utensilios del té, hablaban a las claras de que allí se iba a hablar concretamente de cultura y de resistencia saharaui.

 

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Para empezar, un plato fuerte: Fátima en español y Lili en hassanía fueron narrando ante un público infantil totalmente entregado y un buen número de adultos, la historia de Abdulah y sus lápices de colores, recogida en el cuento “El color de la arena”, de la escritora Elena O’Callaghan i Duch, bellamente ilustrado por María Jesús Santos Heredero. Y mientras Lili y Fátima nos contaban como Abdulah conseguía pintar de colores el Sáhara del que le hablaba su abuelo, podíamos ver, proyectadas sobre la jaima, las bellas ilustraciones de María Jesús Santos que también colgaban en las paredes de la sala de exposiciones contigua. Precioso cuento que invita a la resistencia y a la lucha por mantener la identidad de los pueblos, pero sobre todo a reflexionar sobre la solidaridad internacional y la cooperación al desarrollo.
Sabah, una niña saharaui que ha de permanecer en Cantabria para ser operada, puso la guinda a este primer acto con la lectura de una carta en la que entre otras cosas decía “A todos los saharauis nos gustaría volver a nuestro país, y esperamos con impaciencia el día que podemos volver a nuestro país”.

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Un pequeño alto para que la gente menuda abandonase la sala camino de una apetitosa merienda y, sobre la mesa, el segundo plato fuerte de este menú vespertino. Una iluminación tenue, una pequeña jaima y el chorro de té golpeando en los vasos nos trasladaban al desierto, el escenario ideal para que el poeta Liman Boicha desgranara las mil y una utilidades del elzam, comenzando así su conferencia “Cultura y resistencia: Ritos de jaima”. Y siguió hablando de la darrah y de la melfa y del nombre de los años, y de la jaima, convertida en símbolo de resistencia tras los acontecimientos de Gdeim Izik, hasta el punto que las autoridades de ocupación marroquíes han prohibido su uso en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental. Y nos habló de los venerados poetas en hassanía, sin cuya presencia es difícil imaginar un acto de carácter político o social y de los que, como él, construyen sus versos en español. Un auténtico placer contar con la presencia de este “guerrillero de la cultura” que es Liman al que, por supuesto no dejamos terminar su intervención sin que nos hablará del Bubisher y la red de bibliotecas que va extendiéndose por los Campamentos de Refugiados. Y entre vasos de té y poemas de sus libros “Los versos de la madera” y Ritos de Jaima”, fue cayendo la noche sobre la “Jaima de Octubre”, como dio en llamar a la nave en la que se ubica el centro cultural.
Para finalizar, Agueda Gruber, en nombre de la A.C. Octubre dio lectura a un comunicado que finalizaba así: “La cultura saharaui se confunde con la vida, sostiene las esperanzas, es reivindicación y lucha por existir. La cultura saharaui es resistencia. La cultura saharaui tiene derecho a ser, mantenerse y crecer. Para que la cultura saharaui siga sonriéndole al sol es necesario que los pueblos del mundo apoyemos a estos hombres y mujeres en su derecho a la autodeterminación e independencia. Por aquí debe comenzar la cooperación”.

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Alisalen Babeit, subdelegado saharaui en Cantabria cerró el acto con palabras de agradecimiento a las familias de acogida, al público asistente al acto así como a Cantabria por el Sáhara y a la Asociación Cultural Octubre.

TEXTO DE LA A.C. OCTUBRE
SAHARA OCCIDENTAL: CULTURA Y RESISTENCIA

Hoy, junto con la Asociación Cantabria por el Sáhara y la Delegación Saharaui en Cantabria, nos hemos querido acercar a la cultura del pueblo saharaui.

Aprovechando la estancia aquí, durante el verano, de niños y niñas saharauis, dentro del Programa Vacaciones en Paz, nos hemos juntado y hemos conocido la historia de Abdulá, un niño saharaui que protagoniza el cuento titulado EL COLOR DE LA ARENA, de Elena O’Callaghan, con ilustraciones de Mª Jesús Santos Heredero, que además exponemos.

A través del cuento, vamos entrando en la vida de Abdulá, en su día a día en los Campamentos de Refugiados Saharauis. El cuento, además nos habla de cooperación y solidaridad.

Pero una cooperación como la entendemos nosotros y nosotras, una cooperación respetuosa, en la que el pueblo saharaui es en todo momento el protagonista, son ellos quienes diagnostican y deciden cuáles son sus prioridades, proponen proyectos, y controlan la gestión de éstos. Ante la adversidad, el pueblo saharaui supo organizarse y hacerse cargo de sí mismo, tan sólo le faltan medios. Su rol no se reduce a recibir lo que otros decidieron que necesitan. Así entendemos la cooperación y la solidaridad, la que lleva a la afirmación y el empoderamiento. No compartimos la cooperación que sólo promueve sumisión y dependencia, que despolitiza la pobreza considerándola causa del problema en lugar de un síntoma.

Como hemos dicho antes: SAHARA OCCIDENTAL: CULTURA Y RESISTENCIA.

Desde la Asociación Cultural OCTUBRE creemos que hablar de una cultura es más complejo que referirse a sus bellas artes. La vestimenta, la cocina, la música, los saludos, la religión, el respeto a los ancianos, las relaciones entre las personas, los juegos, los mitos, la poesía, los cantos, las danzas… Una cultura es una construcción colectiva. La cultura es la identidad que da vida a cada pueblo y región.

La cultura saharaui tiene un origen que se pierde en la noche de los tiempos. Hoy son un pueblo árabe, nómada, que ha sabido resistir una colonización española, enfrentar una guerra defensiva contra Mauritania y Marruecos de 16 años, así como en la actualidad, se opone a la ocupación militar marroquí y a un exilio que dura más de 37 años. Pero el exilio no merma la memoria, aunque sí hace cambiar las formas de expresión.

La cultura saharaui se confunde con la vida, sostiene las esperanzas, es reivindicación y lucha por existir. La cultura saharaui es resistencia. La cultura saharaui tiene derecho a ser, mantenerse y crecer. Para que la cultura saharaui siga sonriéndole al sol es necesario que los pueblos del mundo apoyemos a estos hombres y mujeres en su derecho a la autodeterminación e independencia.

Por aquí debe comenzar la cooperación.

CARTA DE SABAH

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Esta es la carta de Sabah, una niña saharaui que vive en los campamentos de refugiados, en Tinduf, Argelia. Sabah lleva cuatro años siendo acogida durante dos meses de verano por una familia de Cantabria del programa Vacaciones en Paz, gestionado por Cantabria por el Sáhara. Por razones de edad, este iba a ser su último verano de participación en el programa, pero un serio problema en sus oídos la obliga a quedarse para ser operada. No hemos querido “retocar” su redacción: la carta está tal cual ella la ha escrito. Tampoco hemos influido en su contenido. Simplemente nos limitamos a pedirle que escribiera sus sensaciones después de conocer que no regresaría a los campamentos con el resto de sus compañeros y compañeras de expedición. También le dijimos que su carta la iba a leer mucha gente. Tal vez también las personas que tienen en su mano que ningún niño saharaui se quede sin sus vacaciones en paz. Tal vez las que tienen en su mano que se cumpla su sueño de volver a su país.
Esto es lo que Sabah ha querido contarnos:
Hola me llamo Sabah, vengo del Sahara y vivo en los campamentos de Tinduf. Es un desierto, las casas son de arena, no son como en España que son edificios altos y fuertes. Vivo con mis padres y hermanos; estudio en un instituto que está lejos de mi casa y tenemos que ir andando todos los niños por los problemas que hay, porque nosotros no tenemos autobuses que nos lleven, porque no estoy en mi país, sino en un sitio que nos ha dejado Argelia, pero sabemos que no estamos en nuestro país, y eso nos hace estar muy tristes y hace difícil todo.
Las vacaciones en España es el mejor regalo que nos pueden hacer para los niños saharauis, porque allí hace mucho calor y aquí podemos pasar el verano en las piscinas, en la playa, comemos mejor, dormimos más, porque sabemos que mañana no va a hacer tanto calor, y las familias nos quieren mucho. Además nuestros padres están también muy contentos porque ningún padre quiere que sus hijos pasen calor, y no disfruten de vacaciones. Sabemos que es difícil para las familias de España traernos, y sabemos que tienen que hacer muchas cosas para sacar dinero para traernos. El primer año vinimos muchos niños y este año no somos muchos, y sé que hay muchos niños, vecinos nuestros y amigos, que no han podido venir porque no hay suficiente dinero para traerlos.
Estamos en un desierto, en Tinduf, en los campamentos sólo hay arena, no hay piscinas, no hay playas, no hay montañas, porque somos refugiados y además siempre comemos lo mismo. Los médicos son buenos pero les faltan cosas para poder ayudarnos a todos. Si estuviéramos en nuestro país, no necesitaríamos la ayuda de las familias españolas, porque en el Sáhara ocupado hay playas, montañas y muchas cosas para vivir bien. Además no siempre comeríamos lo mismo. A todos los saharauis nos gustaría volver a nuestro país, y esperamos con impaciencia el día que podemos volver a nuestro país
Yo soy una niña saharaui y es el cuarto año que vengo. Vengo dos meses, y este es el último año, pero como me han visto un problema en el oído, me tengo que quedar tres meses más. Por un lado soy feliz de quedarme pero también quiero ir a ver a mis padres. Ningún padre quiere que sus hijos tengan una enfermedad y que no se puedan curar, pero también quieren que vaya ya. Pero están muy contentos porque cuando vuelva estaré bien y mi enfermedad estará curada del todo. Damos las gracias a todas las personas que ayudan a que vengamos, y a los médicos que nos curan. Gracias a todos los países que nos ayudan a volver a nuestro país, Marruecos y Francia son malos.

2 respuestas a SAHARA OCCIDENTAL: CULTURA Y RESISTENCIA

  1. Preciosa, intensa, emocionante carta la de Sabah… Menos mal que existe la gente, tan distinta a los que gobiernan y despojan a la gente.

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