Y la librería San Francisco de Mérida se transmutó. Olía a Sáhara en el aire, sonaba el chac chac de los vasos en la «charola», fulguraba el aire en colores vivos de Mehlfa, centelleaban los ojos de los chicos saharauis. Y sobre todo había un rumor de poesía. Silencio, Limam recita.

Con darráa, suavamente, al ritmo del té, Ritos de Jaima se desgranaba en el hermoso interior de la Librería San Francisco, tan repleta de gente que casi hubo que colgar el letrero de «No hay espacio». Sentada cerca de Limam, la delegada saharaui Fatma Mohamed Salem. A los pies del poeta engalanado, Carmen Lourdes, una bubishera de pilas de larga duración, organizadora de la presentación en Mérida y en la encantadora Feria del Libro de Trujillo, donde también Gonzalo presentó (un ratito) su Arenque Rojo y contó la cada vez más rica historia del Bubisher.

Y no solo Limam recitó en la Librería San Francisco, todos se querían sumar a la fiesta. Leyeron poemas Ebaba (en la imagen), una hermosa joven que estudia periodismo «para hacer presente a mi pueblo», así como muchos extremeños, jóvenes y no tanto. Y había emoción en el aire escaso, mucha más emoción que aire.

Cuando el libro fue exprimido por las voces de todos, cuando Limam ya hubo explicado con esa manera de hablar llano con cadencia poética, se habló del Bubisher. De que Ritos de Jaima es la principal herramienta de financiación, libros para seguir sembrando libros. De que a Ritos de Jaima le seguirán muchos otros, principalmente escritos por saharauis. De que el Bubisher es el principio de un camino por la cultura leída y escrita para cientos, miles de niños de los campamentos.

Y al final del acto, una derclaración valiente de Carmen Lourdes: «Queremos que esta tarde tan hermosa sea también la del nacimiento de la Asociación de Amigos del Sáhara de Mérida, para lograr que vuelvan a ser cuarenta los niños saharauis que vengan a nuestra comarca en verano, y no los res o cuatro que han podido venir este verano. Somos cinco personas las que nos lanzamos a la aventura, pero os esperamos a todos». Y a bordo del Bubisher también. Un orgullo escuchar a Fatma Mohamed Salem pidiendo su ficha de socia e invitando a los demás a hacer lo mismo.

Y aún resonaban los últimos versos del Océano Oral de Limam, que ya firmaba libros. Prácticamente agotados. Un paso más, inolvidable para siempre a los extremeños y saharauis que poco a poco volvían a sus casas un poco más sabios, un poco más bellos.

En el siguiente enlace se incluyen dos vídeos de esta presentación

Presentación de «Ritos de jaima»