RENOVADOS RETOS Y DOS MÁS

RENOVADOS RETOS Y DOS MÁS

En los campamentos de refugiados saharauis también comienza un nuevo curso escolar, tanto en las escuelas de las dairas, como en las cinco bibliotecas Bubisher, una en cada wilaya. Un curso más, otro curso, continuidad de los anteriores, tras un periodo vacacional. Un curso más en el que no se parte de cero, lo que no significa que no puedan plantearse retos nuevos, pero que, en principio, invita a renovar los empeños que se han ido cumpliendo a lo largo de los 15 años, que el Proyecto Bubisher de Bibliobuses y Bibliotecas en los campamentos, tiene de existencia. No son pocos, los retos, claro, pero todos han llegado a estar lo suficientemente encauzados y afianzados, como para haber ido atendiendo y, siempre, resolviendo las incidencias de distintas índoles, que en cada momento se iban, y se irán, presentando, bien se tratara de cambios personales en los responsables diarios de los diferentes cometidos a llevar a cabo; bien respecto de la participación de un voluntariado, que el tiempo de pandemia alteró; bien en relación con la necesidad -al menos, conveniencia, de la concurrencias de nuevos socios, que contribuyan a que los retos, renovados curso a curso se resuelvan con la rapidez y eficacia deseadas.

La gozosa novedad de que el nuevo curso se abra con una nueva biblioteca abierta, la quinta, la de la wilaya El Aaiún, tampoco supone un partir de cero, en términos absolutos. Sí, en términos relativos, por cuanto es preciso seleccionar y formar a nuevos responsables de las funciones a desarrollar en ella. Esa novedad se afrontará con todo en bagaje de experiencia acumulada, desde que, en su día, se abrió la primera biblioteca Bubisher en la wilaya Samara, donde si se partió de cero. O casi.

Es verdad que, dadas la condición peculiar de las bibliotecas y las condiciones inhabituales de sus enclaves, que se compadecen mutuamente entre sí, los renovados retos se ofrecen como siempre nuevos, pero los destinatarios principales de sus afanes son los niños y adolescentes que, aunque algunos se renueven, siempre son los niños y adolescentes. Esto sugiere un nuevo reto que, según tengo entendido, ya se está planteando: el de arbitrar los medios y las formas para que la edad de los usuarios de las bibliotecas alcance la de la juventud, bien porque a los adolescentes les llegue la juventud sin abandonar las bibliotecas, bien porque incorporen jóvenes, que ya lo son.

Y, ya puestos, la propuesta de un nuevo reto. Tras la celebración de la 14ª Asamblea Bubisher, el pasado mes de setiembre, durante el viaje de regreso, Javier Bonet y yo hablamos de la conveniencia de que, desde las bibliotecas de los campamentos pudiera establecerse comunicación con niños, adolescentes y jóvenes de los TTOO. Sin duda que ya la tienen, pero lo más probable es que no, en cuanto a lo que supone para unos, libres en sus bibliotecas y, para otros, cautivos en sus aulas ocupadas, sus respectivos quehaceres. Nunca podrían ser unos intercambios como los mantenidos con los niños y adolescentes españoles, pues las condiciones de posibilidad son muy distintas, pero sí podrían compartir grabaciones de actividades, sean lecturas o juegos o representaciones teatrales…Las redes sociales podrían ser los canales entre de intercambio entre emisores y receptores. ¿Cómo se pueden articular todos los elementos hasta darle forma, y que tomara cuerpo? Sé bien que del dicho al hecho puede haber mucho trecho, como de lo ideado a lo realizado puede interponerse un acantilado no fácil de ser transitado…o de levantarse un muro, que no rima, pero está levantado.

De cualquier modo, expertos en superar retos tiene el Bubisher, que a mí me pueden tener de acólito, o de becario…o de lo que sea.

 

Fernando Llorente

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