REFUGIADOS

No son números, son ochenta millones de seres humanos, el 40% niños y niñas, que han huido de conflictos armados, de situaciones de extrema violencia, de países en los que no se respetan los derechos humanos fundamentales, de su tierra invadida…

Este año hay que sumar, además, una pandemia que ha blindado las fronteras y que hace más vulnerables a quienes no cuentan con los recursos sanitarios necesarios para protegerse.

Hoy, 20 de junio, es el Día Mundial del Refugiado, pero de nada sirve que hoy corran ríos de tinta recordando este drama humano; de nada, rendirles homenajes a través de redes sociales o cualquier otro medio de comunicación masiva. Su drama seguirá siendo el mismo mañana y muchos mañanas más. La única forma de que esta tragedia disminuya es ponerse en su piel y actuar como nos gustaría que los demás hicieran si fuéramos nosotros quienes estuviéramos huyendo del horror.

Acabamos de salir (aunque el peligro siga estando ahí) de un encierro en el que hemos experimentado lo que significa estar lejos de nuestros seres queridos, lo que se siente cuando no has podido acompañar a quienes han perdido la vida en soledad, lo que se experimenta cuando el miedo nos envuelve y nos desarma. Todo ello está en el día a día de los refugiados. Y a ello hay que añadir lo que a nosotros no nos ha faltado: un hogar, un hospital, un sistema social que nos protege.

Por eso hoy, 20 de junio, reflexionemos, pongámonos en su lugar y actuemos todos los días del año.

https://www.somosnombres.org/

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