¡QUÉ MIEDO ME DA LO DE ESTAS NIÑAS!

 

¿Por qué la tierra es mi casa?                                          ¿Por qué una estrella se enlaza

¿Por qué la noche es oscura?                                             con otra, como un dibujo?

¿Por qué la Luna es blancura                                           Y ¿por qué el escaramujo

que engorda como adelgaza?                                             es de la rosa y del mar?

 Yo vivo de preguntar,

saber no puede ser lujo

                                                                                     El escaramujo (Silvio Rodríguez)

Investigan, leen, estudian, incluso operan. No puede ser; de aquí a nada nos van a quitar el trabajo a los hombres. ¡No hay derecho!

Pues si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo, como decía el cubano.

Las ganas que estas niñas tienen de saber cosas sobre nuestro mundo es lo que se transforma en sabiduría y engrandece a las personas al mismo tiempo que hace libres a los pueblos.

En el jardín del Bubisher estas seis niñas nos están dando una lección de que mucho está por hacer y de que todo es posible; a pesar de que son jóvenes y mujeres, a pesar de vivir en un campo de refugiados, a pesar de que las rodean unas condiciones nada favorables en un mundo de hombres, y de que su futuro no parece estar nada claro, a pesar de todo esto, ellas miran decididas y nos miran retadoras como diciéndonos os vais a enterar, vais a ver de lo que somos capaces.

Y es entonces cuando me da miedo, me da miedo de que entre todos, los de aquí y los de allí, los que gobiernan y los gobernados, la cultura y las tradiciones, no seamos capaces de aguantarles la mirada ni de estar a su altura. Ellas ya están dando muestras de que rendirse no figura en su vocabulario y de que el futuro es de ellas o no es futuro.

 

La canción de Silvio acaba diciendo: soy el destino del mar, soy un niño que pregunta. Pues eso, desde el niño que aún llevamos dentro, preguntémonos si en este tema lo estamos haciendo bien.

Javier Bonet

 

 

 

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