No está construido con piedras ni con madera. No es de hierro. No se ve, porque es un puente cuyos materiales son el tiempo y la solidaridad. Cientos de personas lo están levantando estos días en su viaje hacia los campamentos. Todas y cada una de ellas llevan en sus maletas cariño a raudales, empatía hacia el pueblo saharaui, deseos de contribuir con su estancia en los campamentos a dar visibilidad a los que son invisibles para nuestros gobernantes. Muchas de estas personas trabajarán con niños y niñas en las bibliotecas Bubisher, otras les llevarán materiales imprescindibles para el desarrollo de sus actividades. Visitarán las instalaciones y todas se encontrarán con jóvenes bibliotecarias y bibliotecarios que les transmitirán su entusiasmo y dedicación, su trabajo diario, su deseo de potenciar la formación cultural de sus lectores y lectoras. La experiencia será inolvidable para quienes vayan por primera vez, gratificante para quienes ya conocen los campamentos y  en todos nacerá el deseo de regresar cuando, de nuevo, atraviesen el puente hacia el norte.

Feliz estancia en los campamentos, disfrutad de la hospitalidad del pueblo saharaui y transmitirles todo el apoyo de quienes , desde aquí, también ponen su tiempo y su solidaridad en la construcción de un puente que se levanta día a día.