Al coger el autobús en la estación oscense, nuestras maletas y mochilas iban cargadas de deseos, paquetes para familias saharauis, proyectos… y unos bocatas estupendos para afrontar las primeras horas de viaje.
Barcelona, traslado de Sans al aeropuerto del Prat. Argel, corriendo sin parar del internacional al nacional, casi nos quedamos en tierra. Dos horas y pico cerca de las estrellas y, por fin, Tindouff. Allí nos esperaba Laroussi, como siempre, amable y servicial. En el cuatro por cuatro, tras el conductor y Joaquim (el sueco), las cuatro “pajaritas” volábamos hacia el Nido. Parada en Protocolo para recoger a Inés  (ya desde esos primeros minutos mostraste tu capacidad de acogida, gracias) y sacarla de ese sueño tan interrumpido aquella noche. Acomodarnos en nuestras camas temporales y cerrar los ojos.  ¡Merecido descanso para retomar fuerzas y poder afrontar nuestra estancia!
El Nido nos pareció todo un lujo del desierto. Nos acordamos mucho de Clara y Roge por esa obra casi faraónica. Una maravilla la “biblio” y también el espacio abierto para interactuar con las niñas y niños. Nos sentimos como en casa.
Encontrarnos con Inés fue tener todos los problemas solucionados de golpe. Parece como si hubiera nacido ahí.
Fanna , Hamida y Kabara nos dan la bienvenida. Fatimetu, por la tarde,también. Laroussi, permanente.
En cuanto a nuestra actividad, Marga esta vez no asistió a las escuelas, se quedó con Fanna en el Nido. Por las mañanas venían las mujeres a la biblioteca. Comenzamos con talleres básicos de salud: vida sana, cuidados del embarazo y parto, cuidados del recién nacido, anticonceptivos, diferencia entre sexo y género, valor del propio cuerpo, alimentación… ¡ y un taller de cocina con los productos del Sáhara a los que la mayoría de la gente tiene acceso! Elaboración de croquetas, creps, salsa de tomate, huevos rellenos, diferentes tortillas y…..de postre «torrija». “¡Cómo lo pasamos…..todas las mujeres dentro de la cocina y yo de cabeza en la sartén …!Y justo cuando ya nos  comunicamos de maravilla…..¡se acabó!”
Fuera del Nido, y trasladándonos en el “Bubi”, vamos a los centros educativos: cada día a uno diferente. Nos esperan. Conocen el proyecto.
Martes, miércoles, jueves. En esas jornadas nos vamos organizando y desarrollamos algunas actividades: al Simón Bolívar, con Inés y Kabara, a trabajar a partir de “Los gigantes de la luna”, de Gonzalo. Una gozada los grupos de chicas y chicos, la lectura de los capítulos, los comentarios, la escritura, las conversaciones, los sueños.
Viernes. Día de fiesta. Vamos a pasarlo a Ausserd. Disfrutamos con la familia de Gali, con Candi y Yolanda. La biblioteca de Ausserd también muy bien montada y el bus-biblioteca da mucho más juego para hacer cosas en su espacio.
Sábado, domingo, lunes. En el Simón Bolívar seguimos con el libro de Gonzalo e introducimos “Ritos de jaima”. Inés tiene la genial idea de recrearlo y hacer una “adaptación” para la población española juvenil.

Por las tardes todas participamos en las actividades en el Nido. Que por cierto, disfrutamos de lo lindo. Tanto o más que l@s chavales. La hora del cuento (de 5’30 a 7’30 horas) se desarrolló cada día con más entusiasmo y participación. Buceamos en las estanterías del Nido y leemos, dramatizamos, cantamos y contamos cuentos populares, universales, y cuentos amorosos y picaruelos. Un día con trilingüismo (italiano, español, hasanía). Otro con disfraces. Otro con maquillaje. Que si barquitos de papel, que si unas trenzas de Caperucita, que si unas piedras y unas miguitas de Hansel y Gretel, que si unos niños haciendo de cigarra y de buey, y de burro, y de… Canciones y bailes saharauis, juegos musicados de los niños… Historias mejicanas, alicantinas, magrebís y aragonesas. Una gozada compartir e intercambiar.
Martes. Último día. Comemos en el restaurante: ¡couscous por fin!
En cuanto a la gente nueva que conocimos: Rager, Gali, Hasana….nos causaron muy buena impresión.

Nos encantó la hospitalidad del pueblo Saharaui, ya que sin conocer apenas a unas personas te abren las puertas de sus jaimas, beits… como si fueras ya de la familia.

También nos sorprendió gratamente que ante la situación que están viviendo las familias tengan una pensamiento tan positivo, para ellos todo tiene una fácil solución, «no problema».

La fácil relación que establecen con personas tanto conocidas como desconocidas: estamos viendo el atardecer fuera de la biblioteca y aparecen 3 chicos desconocidos a establecer una conversación muy amena y agradable.

El intercambio de culturas como los bailes y juegos saharauis, el hassanía, el té… por su parte; y por la nuestra, comidas, canciones, juegos…

Tanto la biblioteca como los bibliobús van formándose y creciendo con el resultado de las actividades manuales que realizan los niños (las gallinas, los barcos, las orugas…).
Ha sido una gozada compartir el tiempo y los cuentos con… las torrijas… el té… las risas… La alegría, a pesar de esa situación tan dura.

En fin, que no tenemos remedio. Hay que ver lo que nos “enrrollamos”… Este es un pequeño resumen de lo que fueron nuestros 8 días en la hammada. De la vuelta mejor ni hablar.

Volveremos. Y no tardaremos tanto. “Yo no vuelvo sí no es para un mes mínimo”. Muchos besos, compañeras y compañeros.

María, Lucía, Mariajo, Marga