¡POBRE TIERRA!

Escribo estas palabras y recuerdo un cuento que se titula “El árbol generoso”. En él, el escritor describe de una forma sencilla la relación eterna del planeta con el ser humano,  una relación que está desequilibrada: en vez de DAR Y RECIBIR, que sería lo justo, la Tierra se harta de DAR Y NO RECIBIR.

Ahora vemos mares y océanos convertidos en vertederos de basura, aire  contaminado, bosques quemados, calles llenas de residuos. Y todo por culpa del ser humano.

Sí, este es nuestro planeta. Pero se cansa quién da y nunca recibe (proverbio saharaui). La Tierra está molesta con nosotros, con nuestro mal trato, por eso vemos tsunamis y menos riqueza y más hambre y más enfermedades.

En fin, todos estamos en el mismo barco y solo cambiando nuestros comportamientos sobreviviremos con seguridad, de lo contrario, nos ahogaremos todos.

Ahora es el momento de arrodillamos y pedir perdón a la madre Tierra, ya es la hora de reconciliarse con ella, educando a los niños para que la cuiden, para que planten manchas verdes en casas, valoren el agua y mantengan su entorno limpio, libre de plásticos, latas, papeles…

Si cuidamos el planeta, nos cuidamos a nosotros mismos y a todas las especies que lo pueblan.

ALGHAILANI

 

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