Otoño en Tanes

 

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Hace una semana (¡como vuela el tiempo!) Diego, alma mater del proyecto “Un orbayu nel  desiertu” nos llamaba para invitarnos a una fiesta de otoño que iban a celebrar en Tanes, preciosa aldea situada en el corazón de Asturias, allí donde se asienta el Parque Natural de Redes. Y fuimos. Y, como siempre, nos recibieron con tanto afecto y tanta alegría allí acumulada, que las castañas nos supieron a gloria y la sidra dulce, más dulce si cabe. Yolanda, maravillosa anfitriona, cocinó un pote asturiano que , como dice una preciosa niña saharaui cuando cuenta lo bien que cocina su madre, estaba “para comerse las manos”
Así que sí, comimos como se come en Asturias, a lo grande. Pero no solo delicias de otoño (añadid una impresionante crema de arroz con leche), también degustamos recuerdos del Sahara, proyectos de futuro, anécdotas divertidas, promesas de colaboración, análisis de la situación actual y tantas y tan entrañables referencias al pueblo saharaui. Y conocimos a unos vascos , montañeros además de buenísimas personas, que se sumaron a la peña “orbayera”, integrándose en las conversaciones  como si nos conocieran de toda la vida.
Diego y Yolanda tienen la capacidad de no darse jamás por vencidos, mueven todo lo que permanece en estado de quietud, para apadrinar libros, conseguir fondos que permitirán poner en marcha pequeños huertos en los campamentos y atraer a gente que colabore con “Vacaciones en Paz” No paran, y todo lo hacen con entusiasmo, superando las dificultades con una alegría contagiosa.
La fiesta tuvo lugar  en la fantástica y cálida Casa Rural que regentan, un establecimiento que invita al descanso, a los paseos por la tranquilidad del campo, que genera la sensación de  estar allí donde el reloj se detiene y el tiempo te pertenece.
En estos días, La Casa de Tanes tiene al otoño entrando por las ventanas. Policromía en tonos ocre y luz dorada. Y en el aire y en el corazón, el pueblo saharaui.

Una respuesta a Otoño en Tanes

  1. Un día inolvidable propiciado por un grupo insustituible. Si no existiera… nadie inventaría algo tan sencillo y tan grande al mismo tiempo.

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