Eso es exactamente lo que es el agua, oro líquido para todos los seres vivos que habitan el planeta. El acceso al agua potable, sin embargo, es un derecho del que carecen muchas personas en el mundo, mientras que otras despilfarran y contaminan ríos, fuentes y manantiales. Celebrar el día internacional del agua es una forma de recordarnos a quienes, de momento, gozamos del privilegio de abrir un grifo y que fluya sin problemas, que si no cuidamos esta fuente de vida, estaremos matando a la gallina de los huevos de oro.

En los campamentos, los niños y niñas saben muy bien que cada gota de agua es valiosa, que hay que usarla con prudencia, que cada cubo de agua que sacan de sus depósitos tiene que servir para cocinar, lavar la ropa, asearse, hacer el té… Saben muy bien que el agua es un tesoro y que también de ellos depende que no se malgaste.

En los campamentos el agua llega en cubas y se reparte en depósitos que suministran a las familias, cada familia tiene una cantidad de agua designada para el mes y en verano, cuando la sequía es mayor, escasea. Por supuesto, no hay tuberías directas al hogar, hay que transportarla en cubos, tanto a las casas como a los corrales.

En los campamentos saben valorar y usar con sentido común el agua. Y en las bibliotecas Bubisher, se refuerza entre los niños y niñas esta filosofía sobre el valor del agua.