Nunca es fácil romper nuestro estilo de vida de repente. Llega el final de nuestro año escolar y nos despedimos de las actividades cotidianas, de despertarnos temprano y divertirnos con los niños y visitantes de la biblioteca. La rutina cambia gradualmente, pero quien trabajó duro este año ha ganado la satisfacción de comprobar todo lo que aprendieron los niños y la magnífica valoración de los visitantes, lectores y amigos de la biblioteca, verá crecer su energía y sus ganas de seguir enseñando y aprendiendo. Y quien fue negligente en su trabajo, sin duda, se arrepentirá. Así es la vida
A pesar del cansancio acumulado durante todo el año en nuestro trabajo para crear un ambiente agradable de aprendizaje, nos sentimos tristes cuando todo esto se detiene. Es una paradoja, lo sé, y puede que muchos estén esperando con ansia las vacaciones, pero yo hablo por mí misma. Amo el trabajo y su rutina y las vacaciones no me importan demasiado. Lo que me hace feliz es que ha pasado un nuevo curso y he brindado información y orientación para que todas las personas que frecuentan la biblioteca se beneficien.
Trabajar en la biblioteca es mi motor de vida y crece día a día gracias a quienes hacéis posible este proyecto
Os deseo a todos un feliz verano
Un abrazo
Suadu Mahsan, Bibliotecaria Bubisher de El Aaiún