NADIE PUEDE QUEDAR ATRÁS

Son niños doblemente exiliados. Exiliados de su tierra como saharauis, y exiliados de la “normalidad” por su discapacidad.

Sin embargo, una de las cosas admirables del pueblo saharaui es que nunca, nunca, los dejaron atrás. En cada campamento hay al menos un centro para personas discapacitadas, porque su formación también cuenta como un bien común para toda la comunidad. Porque su sonrisa es parte de la vida de todos, de cada familia, de cada jaima. Jaima significa unión, no significa “casa de lona”, como dice nuestro diccionario, tan romo, tan pobre de espíritu. Unión entre todos, necesidad de todos.

Bubisher tampoco los deja atrás. Hay al menos un día para ellos, para sembrar en sus corazones la semilla de la belleza, el porqué de la sonrisa.

 

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