MADRE

El 18 de febrero de 1976, en la Batalla de Um Draiga, el ejército marroquí bombardeó con fósforo blanco y napalm a miles de saharauis que escapaban de la ocupación de nuestra tierra. En ese nefasto día, cayó abatida la primera mujer mártir. Estaba embarazada. Desde entonces, los saharauis dedicamos cada 18 de febrero a todas las madres saharauis, a las que amamos  y respetamos profundamente.

Hoy, en la biblioteca de Bojador quisimos rendir un homenaje a todas las madres con un mural en el que los niños y niñas escribieron todo cuanto sienten y desean a sus progenitoras. Y, al mismo tiempo, recordamos la lucha de la mujer saharaui tomando como ejemplo a Sultana.

En la misma línea, en la biblioteca de Dajla quisimos llegar hasta nuestra tierra invadida en un barco de papel, con la esperanza de que algún día, muy pronto, sea un barco de verdad en el que nuestras madres y nuestras abuelas puedan navegar por el mar anclado en sus recuerdos.

Y en este día tan especial, desde las bibliotecas Bubisher queremos dedicar este poema de Luali Lehsan a todas las madres saharauis

 

LAS MANOS

Como las nubes, tus manos saben que la libertad es hija del viento y el cielo.
Y tienen la opaca transparencia de las nubes,
y la infinita bondad del agua.
Porque son agua y como el agua son el principio de la vida
Y tus manos saben sumergirse como notas de una canción perenne en las profundidades del alma y luego emerger con todas las luces de la esperanza.
Porque todo en tus manos se revitaliza
y baila
y la vida se convierte en una danza que mueve las venas de la memoria
Y tus manos son el umbral de la vida, la primera puerta siempre abierta y son la montaña donde habita el eco del primer llanto y son el mar donde navega el velero de la próxima sonrisa.
Y son la barricada que cobija nuestros ojos de los polvos que ahogan los caminos
Y por tus manos fluye el manantial de la vida, porque en ti habita la memoria de la semilla que sabe perpetuar el árbol, y porque en ti el universo es una mirada perpetua a la eternidad, a lo que fuimos, al sol de hoy y al punto donde confluyen todos los horizontes que beben de tus manos
Y la patria es un diminuto territorio cuyos horizontes empiezan y terminan en tus manos, porque son la vanguardia del alma y porque saben fundirse en otras manos y convertirse en sostén y en caricia y en norte.
Y tus manos saben romper la frontera con el otro y llevarlo a las inmediaciones del alma.
Y cuando tus manos son relegadas al vacío de la existencia, tus manos saben conjugar los verbos de la supervivencia y sacarle al barro su esencia de abrigo para cobijar la esperanza de los vientos que pretenden congelar el alma del universo.
Y saben tus manos reparar los quebrantos que dejan los vendavales a su paso por la vida
Y a veces tus manos son como alas del silencio que vuelan sobre el tejado del exilio y condimentan los días
Y aunque tus manos mueran serán siempre suaves vientos que arrastran la vida sobre las vértebras de las horas.
Y son tus manos la lengua del silencio, el grito de los verbos, la furia de la injusticia
Porque tus manos saben ser bastón para las manos ciegas
Saben ser la cuerda que tira de otras manos.
El pan tiene tus venas y en tus manos más que sustento es un destino.
Y cuando tus manos se cansan tus manos saben congelar la ilusión en las espumas del tiempo y reducirlo a su esencia más remota, la paciencia.
Y saben tus manos el lenguaje de los tambores que doblaron para festejar la luz del principio de los tiempos.
Porque en tus manos conviven los ritmos de la génesis, de la cotidianidad y del porvenir
Y cuando el día muere sin novedad y la implacable noche divide nuestras luces, tus manos saben ser el cuerpo de la oración que reza por nuestras manos.
Clama por el mundo que desterró tus manos, cercenó tus manos,
Un mundo a la medida de tus manos, un mundo mejor.

Hay que seguir… Aunque solo fuese para que sintieras cómo te añoro. Aunque solo fuese para reír juntos la muerte…

 LUALI, LEHSAN

 

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