LUCHAMOS POR LA LIBERTAD, LA JUSTICIA Y LA DIGNIDAD

 

   La peor lucha es la que no se hace (Karl Marx)

 

 ¿Oro? ¿Oro amarillo, precioso, reluciente?

No, dioses; no soy un vano suplicante.

¡Dadme raíces, cielos! Este oro vuelve

blanco lo negro, bello lo feo, justo lo injusto,

noble al infame, joven al viejo, bravo al cobarde.

¡Ah, dioses! ¿Por qué? ¿Qué es esto, dioses? Esto

arranca de vuestro lado a siervos y sacerdotes,

mata a los enfermos antes de su hora.

Este esclavo amarillo ata y desata

religiones, bendice al maldito, vuelve adorable

la pútrida lepra, conduce a ladrón,

con títulos, aplauso y reverencia,

al escaño de los senadores.

                                          William Shakespeare, Timón de Atenas.

Este fragmento es citado por Karl Marx en los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Marx también fue periodista y está claro, que tenía alma de poeta. En el libro El viaje de las palabras de Andrea Marcolongo se dice: la historia de la palabra nos lleva al verbo griego poiéo, que significa simplemente “hacer” en el sentido concreto de “producir” o “fabricar”. Es natural: un árbol produce frutos, una costra produce perlas, las estrellas producen luz… y un ser humano produce versos. Marx también producía versos hermosos como este: La peor lucha es la que no se hace.

La poesía se hace para actuar, para hacernos la vida mejor. No hacer nada es la muerte física y del intelecto. Hay que actuar en todos los sentidos. Eso seguramente es lo que quiso decirnos Marx.

Hace unos meses leí una noticia que hablaba del sesgo de la inteligencia artificial (IA). El texto decía que si la IA la rodean datos sesgados, ella internaliza esos mismos sesgos, ya sean ideológicos, de género, o de cualquier otra índole.

Es verdad que sesgos de toda naturaleza siempre han existido y seguirán existiendo. Pero los de la IA van cada vez más a niveles que asustan, por el grado de manipulación que manejan. Pensando en estos sesgos, o más bien en los viejos sesgos de siempre hice un ejercicio de búsqueda en la biblioteca de mi barrio (una biblioteca grande). Quería averiguar cuántos libros había de Marx y cuántas obras de autores que elogian y defienden los intereses del capitalismo, incluso su versión más salvaje. Desde Adam Smith hasta Wall Street.

Hice la búsqueda, no en la sala de adultos, (que había dos o tres), sino en la infantil y juvenil. ¿Cómo vas a buscar al autor de El Capital en una sala Infantil? Me dijo alguien Tanto asusta Marx que no puede estar en una sala infantil. Le Respondí.

No entiendo. Y, ¿por qué a nadie le extraña ver en las estanterías libros para niños de emperadores, no precisamente pacifistas como Julio César o Napoleón? ¿Por qué ese miedo a Karl Marx? Precisamente, la personalidad que una encuesta realizada por la BBC, a diferentes personas del mundo, lo considera como: el mayor pensador del milenio.

Como podéis imaginar en la sala infantil de mi biblioteca no localicé a ninguno y en la juvenil, ¡oh, sorpresa! Encontré: El dios dinero, un pequeño libro, ilustrado por Maguma, de la editorial Libros del Zorro Rojo. De él saqué el fragmento de Timón de Atenas que cita Marx al principio de este escrito.

 

La peor lucha es la que no se hace. Casi cincuenta años lleva el pueblo saharaui refugiado, pero su vida es mejor, desde que se levantó para defender su derecho a ser un pueblo libre como los demás pueblos. Aunque viva con muchas carencias, su existencia es más digna, porque resiste y pelea contra todas las adversidades.

Y de la misma manera que si el mundo está lleno de una pléyade de millonarios cegados por el oro y la acumulación de capital. Lleno está de multinacionales destrozando vidas humanas y el ecosistema con la complicidad de muchos gobiernos cobardes y corruptos. También, en la otra balanza hay cientos, miles de personas, quizás millones de hombres y mujeres, que luchan desinteresadamente por un mundo más justo e igualitario. Y están seguros, que La peor lucha es la que no se hace.

Por eso, la frase de Marx es más vigente que nunca y sino, preguntad a todas las personas voluntarias que han dejado plasmados sus versos y a los que lo siguen produciendo, más y más versos, cómo ha sido posible producir un poema de lucha y hermosura llamado: Bubisher.

Liman Boisha

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