LOS JARDINES DEL SAHARA

Cuando logramos construir la primera biblioteca, el Nido de Smara, soñamos con que algún día fuera un centro de referencia de la cultura saharaui. Que cualquiera que quisiera investigar sobre su cultura, sus tradiciones, su historia, su medicina natural, su literatura oral y escrita, tuviera en el Nido su casa. Ya es una realidad: saharauis estudiantes, extranjeros enamorados del Sáhara, jóvenes emergentes o adultos nostálgicos, todos, acuden a las bibliotecas de Smara, Bojador, Dajla y Ausserd, para alimentar su estudio o su curiosidad. Porque en cada una de esas bibliotecas florecen los libros dedicados al Sáhara Occidental, ensayos, poesía o novelas. Decenas y decenas de títulos, un jardín de palabras, una sombra acogedora de respeto y fidelidad, que sirve tanto para seguir escribiendo como para sentirse acompañados, para no naufragar en el mar del olvido. Estos días las bibliotecarias y monitores nos dicen que esa marea de saharauis que se acercan para pedir libros sobre sí mismos crece y crece. Si un día soñamos con que eso sucediera, ahora somos más ambiciosos, y soñamos también con que alguno de esos estudiosos vuelva un día con un libro suyo en las manos y lo sume a todo ese acervo, que lo plante en el mismo jardín de palabras, dispuesto también para participar en la gran batalla de las ideas, esa que algún día alumbrará la victoria, la libertad, el regreso.

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