¿LAS PELÍCULAS SON DE VERDAD O DE MENTIRA?

 

Un relato de nuestro Presidente, Liman Boisha, que tiene mucho de verdad

Otoño de 1982. Isla de la Juventud, Cuba.

Sueidi estaba sentado en la primera fila del teatro de la ESBEC, (Escuela Secundaria Básica en el Campo), disfrutando de una película. Miró al muchacho que se encontraba a su lado y le preguntó:
– ¿Las películas son de verdad o de mentira?
Ali se extrañó que alguien pudiera dudar de algo tan evidente.
– Son de verdad – Le respondió.

El asesino clavó un cuchillo en el abdomen de su víctima. Luego se quedó lavando sus manos, como si nada hubiera pasado, delante del espejo de un baño en una estación de tren. Sueidi se encogió silencioso en el asiento.

– En las películas la gente muere, ¿no acabas de verlo? Corroboró Ali
– Las Aventuras y las telenovelas. son de mentira, porque el otro día, la mulata esa de Sol de Batey, la que el capataz le daba tantos latigazos en el cepo, salió hablando en la televisión. Dijo otro chico que estaba sentado justo en la fila detrás de Sueidi y Ali.
– También las películas son de mentira, contestó otro niño en la tercera fila.
– Las películas no, las películas son de verdad, insistió Ali.
– Entonces si son verdad, ¿por qué se matan? Preguntó el de la tercera fila.

Alguien en los asientos de atrás los mandó a callar. Pero nadie le hizo caso. Estaban ya participando en la discusión unos cuantos niños más.
– Para dejar dinero a sus familias y vivir ellas bien. Respondió Ali.
Ali se levantó de su asiento y miró quién era el que osó contradecirle. ¡Siéntate! le gritaron otros muchachos que les había tapado la pantalla en blanco y negro de la televisión con su cuerpo. Su mirada era para medir fuerzas. Si era alguien a quien solo con un vistazo se le podía asustar. O, por el contrario, era un rival con el que, era mejor guardar las formas. No pudo sacar ninguna conclusión, porque el chico de la tercera fila estaba sentado.

Un vehículo blanco con una persona dentro fue empujado al agua. Poco a poco, como en una lenta agonía fue hundiéndose hasta que desapareció ahogado en el lago. En ningún momento los jóvenes espectadores vieron salir al conductor.

– No. Eso es de tontos, dijo el de la tercera fila.
– Tonto eres tú y sepas que las películas son de verdad. Replicó Ali.
– Todo esto es una gran mentira.
– Mentira y mentiroso eres tú.

Ali y el chico de la tercera fila, abandonaron precipitadamente sus asientos y salieron al pasillo a demostrar quién tenía razón. Mientras iban velozmente al encuentro, se intercambiaron varios insultos. Luego empezaron con los empujones y de allí pasaron a las bofetadas y a los golpes. Se intercambiaron cabezazos. Los dos se quitaron las camisas, como si les estorbaran. Al mismo tiempo gritaban y parecían dos enajenados. En medio de la pelea, algunos muchachos les rodearon y les separaron llevando a cada uno a un extremo de la sala. Siguieron gritando e insultándose.
El de la tercera fila con el ojo derecho ligeramente morado. Ali con la nariz chorreando sangre se lo llevaron dos amigos en dirección a la enfermería. No pararon de proferirse amenazas e invitaciones a irse solos al campo para ajustar cuentas. Todo por una mentira de verdad.

 

Limam Boisha.

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *